domingo, 9 de junio de 2013

PARA MEDIR, TRAZAR Y CONTROLAR



La albañilería es un trabajo de precisión. Un error en la primera piedra y todo el edificio corre el riesgo de asumir las consecuencias.
 
Antes de comenzar a poner la primera piedra, hay que determinar exactamente la posición de la pared a levantar y el eje según el cual se alzará.

 

Se utilizará un metro plegable o una cinta métrica, una regla metálica de 30 cm de largo, una regla de madera o de metal de 2 ó 3 m, y un capazo con yeso o cal para en marcado en el suelo, o bien un tiralíneas.

 

De debe procurar también también un cordel como ya he indicado antes y un lápiz (un lápiz de carpintero servirá) para el trazado.


Se necesitará además un nivel, que será muy útil en la realización del trabajo: permite definir con exactitud lo diferentes niveles del suelo y corregir la altura.

 

Durante la construcción de una pared o la realización de un adoquinado, habrá que vigilar constantemente la horizontalidad y verticalidad de la obra. 


La plomada y el nivel de burbuja son, al respecto, los instrumentos básicos del albañil para estos menesteres, aunque actualmente ya se dispone de una herramienta mucho más moderna: el nivel láser, que igual hace funciones de anivelado como de aplomado. 





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