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miércoles, 12 de junio de 2013

ADOQUINES AUTOBLOOUEANTES SOBRE UNA CAPA DE ARENA


Albañiles con faja para protegerse del dolor de espalda

Como indica su nombre, los adoquines autobloqueantes no necesitan un mortero de recubrimiento. Su forma es suficiente para mantenerlos ajustados, y constituyen una alternativa interesante para la creación de un patio, una terraza, un camino, etc.

Perfectamente resistentes (las áreas realizadas con adoquines autobloqueantes pueden soportar un tráfico intenso y grandes cargas), se colocarán en un suelo bien preparado. Puede elaborarse una base si el suelo es húmedo o si ha de servir de base para un camino de vehículos. Vigilar que la tierra tenga un buen drenaje (instalar, si hace falta, un sistema de drenaje complementario). Si no es necesaria esta base, bastará una capa de grava a una profundidad de 15 cm, en toda la superficie del adoquinado.

 

Después de quitar la tierra, calcular la altura del suelo acabado. Trazarla con un cordel sobre la base de las paredes contiguas. La altura debe comprender la altura de los adoquines (5 cm), la del espesor de la capa de arena (5 cm) y la de grava (3 a 5 cm, más si es una capa de piedras).

Extender uniformemente la grava y aplanarla. Intercalar dos listones, dispuestos paralelamente, que servirán de guía para la capa de arena (el mismo método que para un pavimento). ATENCIÓN: no olvidar dar la pendiente necesaria para la evacuación del agua (2 a 3 cm/m).

 

Verter la arena y tirarla deslizando una regla sobre los listones. El asiento de la arena constituye el comienzo de la colocación de los adoquines.

Poner los adoquines sobre la arena. Darle un buen asiento, golpeándolos encima con una maceta de caucho. Encajar los adoquines uno con otro, y verificar regularmente la horizontalidad de la colocación. Si utilizas adoquines de diferentes colores, podrás crear motivos decorativos a tu gusto. Etapa final: rellenar las juntas con arena.

 

En el curso de la colocación tendrás que cortar algunos adoquines: resérvalos para los ángulos donde serán menos visibles. Para cortarlos utiliza una mola o radial.


Una vez colocados, apisonarlos con fuerza. Al acabar, echar un poco de arena encima y barrerla para que vaya penetrando entre los adoquines. Rociar ligeramente para facilitar la penetración de la arena en las juntas.

HACER UN EMBALDOSADO EN EL SUELO




La colocación de losas sobre un mortero es bastante fácil. Lo único que se necesita es saber cómo se prepara el mortero, y organizar bien el trabajo.


Las losas de piedras constituyen un revestimiento para el interior o para el exterior particularmente interesante por su resistencia y su valor decorativo.


Las losas se  pueden colocar directamente sobre el mortero fresco, que se colocará asimismo sobre un suelo de hormigón existente (otra manera de hacerlo es “a golpes”,con la losa encima e ir picando con una maceta de goma hasta alcanzar el nivel deseado para la pieza).


Puedes realizar una capa de mortero de unos 4 ó 5 cm de espesor. No recubrir de golpe toda la zona con el mortero. Proceder progresivamente, a medida que se vayan colocando las baldosas.

 

Colocar las dos primeras losas, encuadrarlas. Poner una regla sobre las dos baldosas y nivelarlas apretándolas hacia dentro del mortero, o sino añadiendo un poco de mortero. Verificar el nivel de la colocación en cada etapa.


No dejar mucho espacio entre unas baldosas y otras. Se colocarán en separación encajable, aparejamiento irregular que queda bien para este tipo de baldosas. Examinar cada una de las losas antes de proceder a su colocación: elegirlas según la forma y colocarlas del lado más bonito.

Darle un buen asiento golpeando las baldosas con el mango de la paleta, o con maceta de goma.

 

Una vez recubierta la superficie, pasar a rejuntarlas. Rellenarlas de mortero, y alisarlas con la paleta. Después pasar una esponja húmeda. Dejar secar unas 8 horas. Si hace mu cho calor o viento, o existe el riesgo de lluvia, recubrirlas con un plástico.


Dos últimas cosas que hay que tener en cuenta:

1.- el mortero bastardo se preparará en una proporción de 3 partes de
arena, 1/2 de cemento y 1/2 de cal.

2.- si el embaldosado es exterior, darle una pendiente para permitir la evacuación del agua de lluvia.


 

HACIENDO PAVIMENTOS



Utilizar un nivel pequeño para determinar los arreglos que se tengan que realizar en las paredes situadas a 1 m. del suelo (si se tiene de láser, mejor, ya que simplifica la rapidez). Tener en cuenta que se tendrá que colocar una capa de guijarros si se realiza sobre tierra apisonada; ajustar el espesor del pavimento (normalmente unos 8 cm) y de la capa protectora superior (2 cm).

Señalar los diferentes niveles en varios puntos de las paredes. Trazar (con el cordel o con la plomada) la línea de las marcas que hay en las paredes hasta 1 m por encima del nivel que quedará una vez que el pavimento esté acabado, y colocar las señales de forma que coincidan los trazos superiores con esta línea, y eso nos servirá para tener un seguimiento de los níveles.


Estos preparativos te permitirán, en primer lugar, vaciar el suelo para colocar las piedras, las gravas y la arena que formarán la capa. Si debe incorporar fluidos (canalizaciones), deberá prevenir en este momento su emplazamiento.



LA CAPA DE GUIJARROS O GRAVA

Constituye una capa de desagüe, protege el suelo de la humedad y al mismo tiempo es un soporte. En consecuencia, si el suelo no tiene que soportar una gran carga, se puede reemplazar por una capa de arena y grava, bien limpio y apisonado (aplastado).

Rellenar bien el hoyo con piedras, grava y arena hasta el nivel señalado (unos 20 cm aproximadamente). Llenar los vacíos y aplastar fuertemente para que la unión sea firme y homogénea.

 

EL ENCOFRADO

Es indispensable si el suelo debe reposar sobre dos apoyos (encima de las canalizaciones). Sostendrá y contendrá el hormigón durante el período de secado. Debe ser hermético y sólido, con el menor número posible de juntas, para que sea resistente a la humedad contenida en el hormigón. Las dimensiones corresponderán a las del pavimento a realizar.

Utilizar planchas de madera especial. Es mejor utilizar planchas grandes que trozos pequeños para colocar el mínimo número posible de juntas, lo que exige un tiempo de preparación y no asegura bien la hermeticidad.

Un buen apuntalamiento da la rigidez suficiente para que no se produzcan deformaciones.

 

PREPARACIÓN DEL HORMIGÓN Y REALIZACIÓN DEL PAVIMENTO

Una vez que se sabe la cantidad de hormigón necesario es mejor utilizar una hormigonera. Realizando los cálculos a partir del espesor, se verá claramente la necesidad de esta máquina. Por otra parte, con estos cálculos podrá deducir la cantidad de arena y grava para preparar el hormigón. Por cada metro cuadrado siga más o menos esta proporción: 0,51 m3 de arena, 0,75 m3 de grava y 300 a 350 Kg de cemento.


Antes de verter el hormigón, colocar en el suelo las guías que le ayudarán a marcar el suelo. Estas guías serán  tablas de madera dispuestos paralelamente, se colocarán de modo que la cara superior corresponda al nivel del pavimento. Regular la altura colocándolas sobre calces de hormigón. Vigilar que las tablas estén perfectamente horizontales (con un nivel). Colocar las tablas en todo el ancho de la habitación. Con otra tabla se tirará del hormigón.


Echar el hormigón en el suelo, comenzando por el fondo de la habitación. Apisonar el hormigón y después deslizar la regla sobre las guías y tirar el hormigón sobrante hacia afuera. Recubrir de la misma manera toda la habitación, reculando hacia la puerta de entrada.

Retirar las guías antes de que el hormigón se endurezca por completo. Rellenar los espacios dejados por las mismas. Alisar con una llana: la capa de acabado servirá para tapar todas las pequeñas imperfecciones.

 

JÁCENAS

Un suelo encofrado debe contener jácenas (mallazo). El armazón asegura la resistencia. Está constituido por hierros dispuestos perpendicularmente. Si realizas el pavimento sobre una capa de polietileno, pon el armazón sobre ésta. La jácena debe quedar tapada por el hormigón. Colocar pequeños calces para elevar el armazón. Si el suelo está encofrado, no poner el armazón en contacto con é1. Colocar calces para la solidificación. Estos calces, imposibles de retirar después de verter el hormigón, actuarán como pequeñas piedras

 

UN PEQUEÑO TRUCO

Colocar el armazón del suelo levantándolo unos 4 centímetros con la ayuda de pequeños calces. De esta manera, los hierros quedarán perfectamente tapados por el hormigón, ya que el armazón estará situado a medio espesor del suelo, y eso puede hacerse auxiliándose con la azada o la paleta en acto de levantar el mallazo para que quede entre medio de la masa del hormigón.

 


EL DESENCOFRADO

Al vertir el hormigón en un encofrado, se tiene que hacer pasar el vibrador para que rellene los espacios vacíos y quede compacto. También esta operación se puede realizar golpeando con fuerza los lados del encofrado, para que vibre. El aplastamiento del hormigón en el suelo tiene el mismo fin.

El desencofrado se realizará cuando el hormigón esté bien duro. El tiempo de secado puede variar según las condiciones atmosféricas. Si la temperatura no es inferior a 8ºC, se podrá retirar a los 8 días. Este período puede reducirse si hace mucho calor. Pero atención: recubrir la obra si el tiempo es seco o hace viento. El agua contenida en el hormigón se evapora rápidamente, lo que puede perjudicar la calidad de la obra. Si has tomado la precaución de poner aceite de desencofrado, no tendrás demasiados problemas en desencofrar. 

 

UNA SUPERFICIE DE HORMIGÓN

Un patio, un caminillo de un jardín, un camino para vehículos rodados de hormigón son obras muy apreciadas. Permiten un desplazamiento y mantenimiento más fáciles.

El suelo de un patio se realiza de la misma manera que si se tratase de una habitación interior. Pero atención: se le deberá dar una pequeña pendiente para prevenir la salida de agua. Esta inclinación será del orden de unos 2 a 3 cm/m.

Para un camino hay que realizar un pavimento armado de unos 10 cm. Este espesor resistirá el peso de los vehículos, aunque hay que los dejan en gruesos de hasta 15 cm..

 

UNA CAPA PROTECTORA DE MORTERO EN EL SUELO

La capa protectora de cemento tiene como objetivo tapar todas las pequeñas irregularidades del suelo, ya que aunque sea plana sólo se ha aplanado superficialmente. La capa protectora es entonces la capa de acabado del pavimento.


El mortero de la capa se prepara con cemento y arena, o también se pueden utilizar productos autoalisantes (llamados de “revocado”) fáciles de mezclar con agua, de amasar y de colocar.


La capa protectora representa la base sobre la cual se colocará el revestimiento del pavimento. Para su realización se procederá de la misma manera que con el pavimento. Colocar dos guías de un espesor de unos 2 cm. Basarse en las marcas verticales dispuestos al principio de la obra, y que permanecen todavía.



Para acabar, alisar el mortero cuidadosamente. Dejar secar durante unas 8 horas, pero no olvidar quitar las marcas antes del secado. Airear la habitación y rociar el suelo con agua de vez en cuando si hace mucha calor: una evaporación demasiado rápida puede producir la formación de fisuras o de resquebrajamientos (grietas o esquerdas).

¿QUÉ TIPO DE SUELO PARA EL DESEMPEÑO DE ALBAÑILERÍAS?



Si está destinado a recibir un revestimiento como un embaldosado, debe ser de buena calidad. Se debe tener cuidado en el momento de introducir el hormigón.

 

Un pavimento puede constituir el suelo de una habitación en una planta baja, un garaje, un sótano o, por supuesto, un trabajo más sencillo como pavimentar la habitación de una planta. La realización de un pavimento en una planta baja se puede realizar de dos maneras: sobre canalizaciones o directamente sobre el suelo.
 

SOBRE UN BUEN TERRENO

Cuando elija el terreno donde se tiene que edificar su casa, no se decida solamente por la situación geográfica, ni por su orientación. Piense en los cimientos de su casa; es necesario examinar el terreno exhaustivamente. Si es muy húmedo puede presentar inconvenientes difícilmente solucionables. En el momento de la compra, piense también en el asiento seguro y estable que necesitan los cimientos.

 

PREPARACIÓN DEL SUELO

Es posible realizar un pavimento sobre un terreno (un suelo de tierra apisonada cuando se restaura una casa de campo), siempre que la naturaleza del terreno lo permita. Dado que los materiales de albañilería son porosos, no constituyen una barrera para la humedad.

Así, construir un pavimento directamente sobre un terreno sólo es posible si el suelo es de buena calidad y está bien drenado. Sino, a la larga se deteriorará la obra.



Sobre la tierra apisonada se debe de colocar una capa de guijarros de 20 cm de espesor aproximadamente, en la cual se incorporarán eventualmente las canalizaciones de fontanería, así como el paso de los distintos desgues. Este es otro problema a tener en cuenta: no se tendrá acceso a las canalizaciones de desagüe.

Para combatir la humedad una buena solución es colocar una hoja de polietileno sobre toda la superficie del suelo antes de realizar el pavimento. Para obtener una mejor protección, elevar unos centímetros el polietileno contra las paredes. por otra parte, algunos productos aislantes que puedes encontrar en tiendas especializadas, pueden ayudarte a realizar una obra perfectamente protegida. Encontramos, por ejemplo, los paneles aislantes de poliestireno, que se colocan, en el caso de un pavimento sin canalizaciones, directamente sobre la capa de guijarros, por debajo de la capa de polietileno.

 

 PAVIMENTO SOBRE CANALIZACIONES

En este caso, el pavimento reposa sobre los mismos cimientos que las paredes de cerramiento. Es una solución difícil, pues debe construirse un encofrado y colocar hierros en el suelo (contrariamente al ejemplo anterior). Pero ésta no es la mayor dificultad.


Un pavimento de hormigón armado de  15 cm de espesor representa un peso de 4OO Kg/m2, sin contar la carga que deberá soportar la base. Por lo tanto, para que no se produzcan deformaciones; se deberán seguir minuciosamente una serie de reglas. A continuación citamos las principales:

El espesor de la base debe ser proporcional a la capacidad; ésta se mide desde la cara interior de la pared de apoyo a la cara de la otra pared.. Por ejemplo para una capacidad de 3 m, el enlosado deberá tener 12 cm como espesor máximo; para 4 m, 14 cm, etc. Es evidente que es indispensable el consejo de un albañil ya veterano y experimentado.

El enlosado estará encajado en las paredes, la profundidad variará según la naturaleza de la construcción. Estos diferentes cálculos son más complicados si además se realiza el montaje de una chimenea o de un conducto que represente una carga puntual suplementaria.

No debemos comenzar a efectuar el pavimento sin antes definir exactamente todos esos puntos. Si se hace, la realización será más fácil, incluso si es compleja y se necesita un encofrado sólido.

Aparte de esto, un pavimento sobre unas canalizaciones presenta numerosas ventajas. Se apoya en las paredes de cimientos, con las que tendrá una estrecha unión; no sufrirá el contacto directo con la tierra, lo que contribuye a preservarlo de la humedad; guarda las canalizaciones de evacuación, lo que puede ser muy útil.
 

PAVIMENTOS DE HORMIGÓN SOBRE VIGUETAS

El principal interés es que te ahorrará los largos trabajos del encofrado. En efecto, para realizar los pavimentos hay que emplear viguetas que constituyen un elemento de base, Las viguetas, de enrejado metálico en hormigón armado o en hormigón recomprimido en forma de T, o en tierra cocida, con un canal central que sirve de encofrado para el hormigón, se ajustan con las bovedillas. Las viguetas y bovedillas deben tener formas compatibles. Por el contrario, la solidez del pavimento se verá gravemente afectada.


La extremidad de las viguetas que reposa sobre la pared de apoyo, debe presentar un entreje preciso (deberá planificar la colocación). Un entreje (separación entre dos viguetas) muy largo no ofrecerá el apoyo suficiente a las bovedillas; un entreje muy ajustado, será incómodo para colocarlas. Para evitar estos problemas, colocar una bovedilla en cada punta a medida que se van colocando las viguetas.
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Realizar un pavimento con viguetas y bovedillas está al alcance de un aficionado. Es un trabajo que no exige unos medios de manipulación importantes, por lo que es una solución que muchas veces se reserva a éste y también al albañil más veterano.


Entre las bovedillas, podemos distinguir dos grandes categorías (bovedillas de encofrado destinadas a ser recubiertas por un pavimento de reparto y bovedillas de soporte que reparten directamente las cargas sobre las viguetas). Son elementos realizados industrialmente y que permiten, en consecuencia, realizar rápidamente un pavimento.

Esta solución también permite crear canalizaciones (con las ventajas expresadas anteriormente); lo que exige una gran atención al colocar las viguetas y muchas precauciones al instalar los puntales necesarios.