Curiosa foto tomada en el año 1900, donde vemos a una mujer
albañil descansando, que fue tomada en Berlín, capital de Alemania.
Como podéis ver, llama la atención la vestimenta de la mujer
(se supone debía de ser bastante incómoda para el trabajo a desempeñar), y que
estuviera descansando encima del escalón de una escalera tal como la veis en la
fotografía, y que podría el grito al cielo si lo viera cualquiera de esos de
los de prevención o "seguridad e higiene" que tanto vienen a meter
las narices en las obras e incordiando a los albañiles que se sienten tratados
como niños malos.
Desde luego está en una posición peligrosa, pero en aquellos
tiempos no se tenían muy presentes estos detalles, había mucha más libertad
para que cada cual trabajara como quisiera, y las cosas referentes a la
prevención o seguridad, se basaban más en el conocido proverbio que dice:
"el miedo conserva la vida".
En fín, una foto de valor histórico y de interés para los
albañiles.
Hay mujeres sin complejos que saben tener la fantasía de ser
tomada por un albañil: son tan fuertes, salvajes, sudorosos, y llenos de testosterona,
y con la libido bien alta, capaces de satisfacer con pasión a cualquier fémina
que se encuentre en celo. Y es que en el sector, entre los más jóvenes abundan los "metrosexuales", orgullosos de su tipazo y de sus músculos de albañil.
Cualquier mujer se acercaría a la obra, y se soltaría su
blusa para que le viera las tetas, esperando la reacción de esos brutos.
Claro que también los hombres tenemos fantasías de mujeres
albañiles, como los típicos machotes que somos.
Tanto los albañiles como las albañilas, tienen que ser jóvenes
y con las hormonas hirviendo. Ya que viejos están ya demasiado gastados con
reumas y artritis. En fín, que nada nuevo bajo el sol.
Si en el mundo sólo hubieran mujeres así. Lástima de que eso sólo ocurre en los sueños. (El corto es de Penélope Cruz).
Aunque la hice una breve exposición en otra entrada de mi
blog, hoy quiero entrar más al trapo con ese tema.
Después de siglos de patriarcado y en el que la mujer era
situada en un segundo plano, por no decir marginada y aún discriminada en
muchos de sus derechos, la larga lucha por la liberación y la igualdad de la
mujer, ha llegado también en el ámbito de lo laboral, y con ello en un gremio
tan duro y bárbaro como es el de la albañilería. Hoy voy a hablar sobre las
mujeres que son capaces de romper prejuicios establecidos y meterse a
albañilería, como si la cosa.
¿Quién dijo que las mujeres no servían para albañiles, ni
para cualquier otra cosa?. Nunca he creído que nadie sirviera para nada, pero
si se le pone vocación y pasión en el oficio, se puede demostrar que se vale
como el que más. ¿Pero realmente hay vocación en ese oficio tan duro?, creo que
más bien para lo que no hay vocación en ninguno de los oficios es para las
malas compañías, pero si se tienen buenos compañeros/as para formar un equipo,
el oficio es bastante soportable, puede ser algo divertido, e incluso acaba
dando la satisfacción final de la obra bien hecha. Nada llena de tanta
satisfacción cuando ves tu propia obra hecha, y si se trata de algo material,
como es una vivienda, cuanto más grande y más te ha costado, más grande la
satisfacción.
En los tiempos del boom de la construcción nos hubieran venido muy
bien, que las mujeres nos echaran una mano, que se ganaba bien, mejor que por
ejemplo de dependienta en El Corte Inglés, aunque es profesión muy dura, y se
hubiera evitado tanta invasión inmigrante, de la que ahora lamentablemente
sufrimos las consecuencias de manera especial en el ramo del ladrillo. Creo que
la mujer se hubiera incorporado como una curranta más en el ramo del ladrillo,
igual se incorporó en despachos, ejerciendo de empleada doméstica, camareras,
doctoras, abogadas, etc….
Ya en los tiempos de la guerra, mientras los hombres
empuñaban las armas en el frente, las mujeres tuvieron que relevarles en las labores
típicamente masculinas, e incluso en Rusia, por ejemplo, hubieron verdaderas
divisiones de mujeres-soldado supliendo a los hombres para las acciones de la
defensa del país, algo de lo cual parece que tenemos muy poca memoria
histórica, en especial porque nos han ocultado ese importante detalle, en un
mundo que hasta el momento se ha querido hacer a la medida de los hombres, tal
como lo hemos podido ver en el cine, por ejemplo, que por lo general se destapa
a las mujeres, como si ella fuera el objeto sexual, y se acostumbra (hasta
ahora), a salvaguardar la moral de los hombres. Enfín, cosas de la moral
imperante en cada momento y en cada sitio, pero la realidad es que la mujer
cada día está más liberada en esta sociedad de convulsos cambios y cada día menos
conservadora, a pesar de que todavía en muchos países del planeta sigue
sufriendo represión y prejuicios irracionales, influenciados por roles y
supuestas tradiciones culturales-religiosos de un patriarcado y machismo muy
arraigado.
Aunque hoy en día para las mujeres todavía siguen teniendo
más difícil acceder a determinados trabajos dominados por los hombres, no
debería de sorprendernos, pues cada día hay más mujeres que ejercen de
conductoras de autobús, policías, empleadas de fábrica, arbitras de fútbol,
entrenadoras deportivas, barrenderas, arquitectas, y por que no: también
albañilas, el más duro de los oficios, como también las pueden haber mujeres
electricistas o fontaneras, mujeres mecánicas, o mujeres carpinteras, por citar
algunos casos. Personalmente he conocido a más de una mujer ejerciendo de
carpintera o de fontanera, en las obras, pero raramente las he visto ejercer de
albañilas (salvo en alguna brigada municipal). La liberación de la mujer en un
plano de igualdad con el otro sexo, también tiene que llegar en el desempeño de
cualquier profesión, pasando por alto prejuicios sociales y culturales que ya
deberían de estar superados. Lo mismo podemos ver hombres en los supermercados
trabajando de cajeros o reponedores, tareas tradicionalmente femeninas, o que
se dedican a las limpiezas, como limpia-cristales, por ejemplo, y no
necesariamente por ello hay que pensar que son como unos “mariquitas o
maricones” como decimos en el gremio, que quienes hacen faenas propias de
mujeres, es porque no sirven para otra cosa.
Hoy en día se impone la necesidad
de aprender el oficio en plenas condiciones de igualdad, y más ahora que cada
día ayudan más los adelantos tecnológicos, aunque todavía para algunas mujeres
ese es un tipo de oficio que les da vergüenza, pero que puede comportar muchas
satisfacciones, ya que las capacita para los arreglos y mantenimiento del
hogar, entre otras cosas de solventar cualquier chapuza. Ya en las brigadas
municipales de albañiles, para todo tipo de obras y mantenimiento del espacio
municipal, ya no se distingue de diferencias de sexo para cubrir las plazas. Lo
malo es que el actual mal momento económico en España ya no ofrece muchas
posibilidades ni oportunidades de trabajo en ambos sexos. El sector de la
construcción, hoy por hoy, está colapsado y parado, sin perspectivas de que arranque
en el corto y medio plazo, y en un sector tradicionalmente machista, las
oportunidades para la mujer, en un contexto de profunda crisis económica, son
aún más complicadas de obtener.
A pesar de las diferencias físicas, sobretodo en cuanto hace
referencia a la resistencia en tan duro oficio, al final lo que cuenta es el
buen acabado, la rapidez, la eficacia, y demostrar lo que se vale. Es la
oportunidad de demostrarlo, que se puede competir, y con inteligencia, eficacia
y voluntad, se puede demostrar que pueden desempeñar las tareas mejor que los
hombres. Bienvenidas sean ellas, pues, al salvaje y despiadado mundo de la
libre competencia, donde vales lo que realmente demuestras. No se trata de malos
rollos de feminismo o machismo, sino de demostrar lo que vales. Da lo mismo que
seas hombre o mujer, los clientes lo que quieren son acabados y servicios con
las tres “B” de siempre: que quede Bueno, que sea Bonito, y además con coste
Barato. Así que sólo de ellas depende aprender el oficio, y demostrar que se
tienen habilidades y capacidades para el desempeño, y no sólo para saber
decirles piropos verdes a los guapos de la calle que se aproximan a las obras.
Se dice que los hombres tienen más fuerza y resistencia,
pero en contrapartida se olvida que las mujeres suportan mejor los dolores y
las enfermedades, ya que la naturaleza al hacerlas para llevar dentro de su
interior a otra vida durante unos 9 meses, hace que tengan mucho más
desarrolladas las defensas, con lo cual son menos propensas a coger
enfermedades y con ello físicamente están en mejores condiciones de soportar (o
eso se supone). Con lo cual ser mujer también tiene sus ventajas, y no sólo lo
que piensen los que todavía viven influenciados por ciertos prejuicios que ya
deberían de estar superados en pleno siglo XXI de la información y el avance de
internet. Los tiempos han cambiado, si antes las mujeres estaban para cuidar la
familia y el hogar: cocinar, hacer la cama, hacer la compra, lavar la ropa,
llevar al colegio a los niños, etc…, hoy en los tiempos actuales la vida del
hogar se ha puesto más fácil: microondas, lavadora, robot limpiador, y ya no
necesita atender tanto la casa, y puede salir afuera a trabajar y traer algún
ingreso extra a casa.
Hoy en día la mujer podría aprender el oficio, y hacerse
su propia casa o refugio, por aquello de desear formar la familia monoparental,
sin marido, que bastantes malos tratos, o malos rollos que terminan en
separaciones que hay, y si una es independiente con un sueldo propio, puede
vivir sola sin que nadie tenga que indicarle qué debe de hacer con su vida, en
fín, la famosa “liberación de la mujer”. Les bastaría tener una parcela,
dibujar un croquis de la casa, comprar el material, y ponerse manos a la obra
para construirse su propia vivienda, tal como ocurría muchas veces en los
tiempos del franquismo, sin arquitectos, ni normativas, ni demás puñeteras
trabas burocráticas. Lástima de tantos impedimentos legales y tantas trabas
burocráticas, que aparte de carísimas, no aportan nada productivo, y sólo
sirven para alimentar a las garrapatas que viven de eso, con la excusa de las
normativas. Las normativas son para los ricos y sobrados de dinero, para
aquellos que hacerse una casa es como adquirir un juguete caro, algo que no
está al alcance de la mayoría. Pero para que la mujer sea algo en el mundo del
ladrillo, inevitablemente empezará a formarse a la típica y antigua, como los
viejos albañiles, sin las confusiones y embrollos de las inútiles y engorrosas
actuales normativas y demás nuevos roles de la nueva burocracia.
Si antaño las féminas labraban la tierra o bordaban vestidos,
es indudable de que también están capacitadas para construir viviendas. Aunque,
como ya he expuesto, los tiempos actuales de las normativas y los embrollos
burocráticos, se lo pueden poner dificilísimo, desalentador, y complicado de
adaptarse. Aprendiendo y con el tiempo teniendo
la técnica constructiva no hay nada que ella, o cualquiera que quiera hacerlo,
no pueda lograrlo, sólo que los impedimentos son de origen burocrático, y
encima buscando culpables en todas las partes. Les recuerdo, las normativas
pueden estar muy bien, pero sólo como indicaciones o recomendaciones, y sin
tener que obligar ni cargar con responsabilidades a nadie. Cuando un supuesto
profesional no demuestra ser bueno/a, simplemente es el mismo mercado (los
clientes o empresas) quienes les ponen en la calle. No son necesarias para la
nada las normativas, y cada cual ha de trabajar a su gusto, que es la única
manera de obtener eficacia en el trabajo. Con lo cual podemos decir que las
mujeres valen igual para ese oficio tan digno y creativo. Sin lugar a dudas la
práctica hace al maestro (en este caso la maestra), y el cómo se aplica, más
que teoría es mucha práctica y mucho curro lo que con el tiempo puede hacer una
buena albañila de verdad, de esas capaces de construirse su propia casa, sin
necesidad de arquitectos, aparejadores, y todos esos cuantos son estorbos y no
aportan nada constructivo en la materialización de la edificación.
La cuestión es demostrar lo que se vale, las capacidades y
habilidades, y no sólo fijarse en el sexo, a pesar de que todavía persisten
prejuicios de considerar a la mujer débil, no apta o incapaz para según qué
tareas, prejuicios que afortunadamente con el tiempo y con la incorporación de
la mujer en el mundo laboral, cada día se van superando más. ¿Quiénes trabajan
mejor, los hombres o las mujeres?, se supone que no tendría que ser cuestión de
sexo, sino de demostrar el desempeño, y los mejores resultados finales, y en
base a esto es cuando podremos empezar a juzgar. Claro que de momento la
ventaja está a favor de los hombres por su mayor experiencia, pero depende de
las mujeres generar esa confianza social que derribe esos prejuicios, y
demostrar que puede valer igual o más que un hombre, en cuanto a tareas
constructivas se trata. Pero hay que advertir que el oficio requiere estar
dotado para gran resistencia física y gran aguante de stress. Mujeres fuertes y
valientes que sean capaces de una actitud diferente ante las dificultades de la
vida, y que conviertan en realidad operativa y como algo completamente normal
aquello de la “liberación y la igualdad” de la mujer, y con el manejo de la
paleta, los niveles y las plomadas, puede demostrarlo. Y naturalmente que
tampoco tengan miedo de montar y subirse a un andamio de muchos metros de
altura. Ojalá se pudiera volver a aquellos tiempos en que los albañiles buenos
se construían sus buenas casas, y sus orgullosas mujeres les ayudaban en las
faenas, puesto que las mujeres podrían tener oportunidades de construirse ellas
mismas sus propias casas.
Os he insertado en esta entrada varias fotos que encontré
por internet, donde podéis ver a nuestras guapas albañilas que demuestran que
pueden desempeñar los tajos igual que cualquier machote del ladrillo. Fijaos en
que trabajan como deben de trabajar, a su gusto, y sin cascos, con esos pelos
largos típicos de mujer, y hasta quienes quieren trabajan con las faldas
puestas (aunque creo que faldas y pelos largos son muy incómodos, y mejor
sustituirlos por pantalones vaqueros, y porque el pelo se ensucia mucho en un
oficio donde hay mucho polvo por todas partes, y con lo que se tendrá que
gastar a diario con champúes en la ducha diaria tras el tajo que le deja a una
llena de polvo, con lo cual recomiendo llevar pelo corto).
Fijaos en las fotos,
cómo trabajan nuestras simpáticas albañilas: nada de inútiles andamios de
borriquetas homologadas por normativas: se trabaja con lo que se tiene a mano,
y sencillo y barato de montar, que la economía es media vida, y los tiempos no
están para despilfarros, como saben toda buena ama de casa. Aunque si se acerca
por la obra alguno de esos inspectores cabrones de prevención-seguridad, no sé
cómo se armará la de San Quintín. Lo curioso es que tratándose de esos cabrones
de prevención-seguridad, que vienen a meter las narices en las obras, nunca he
conocido todavía a alguno que fuera mujer, cosa que no sé si es porque en un
colectivo tan machista como es el gremio de los albañiles no soportarían que
fuera una mujer la que viniera expresamente a tocarles los huevos.
Y qué
bellezas de esos cuerpos serranos de algunas de las albañiles, que son un
gusto, y seguro que a más de un albañil machote les gustaría tenerla como compañera
en la obra, pues en este caso no se trata de una supuesta “guerra de sexos”,
sino más bien de una compañera en la sana competición de quien trabaja más y
mejor, dando y aportando la mejor calidad profesional de cada uno. Y al ser
duro el trabajo, con el movimiento de articulaciones, incluso de ahorran el
gimnasio, y pierden peso, quedando más bellas y atractivas las albañilas
(siempre que no terminen por volverse cerveceras y aficionadas al vino y al
bocata de chorizo durante la pausa del rancho, como sus colegas machotes del
curro). No todo son esas “tops models de la paleta”, sino que pueden trabajar
incluso las abuelas, que los curros no tienen edad, ya que lo importante es el
resultado final, el acabado final, y por lo menos la edad conlleva mucha
experiencia, la que te permita hacer las cosas mejores y del modo más rápido.
¡Un aplauso para las abuelas albañilas!.
Y es que mientras por lo general los hombres suelen dejar
las obras sucias, con runas tiradas y material desperdiciado, muchas veces los
cubos o las palas sin limpiar, ¿son más limpias y ordenadas las mujeres, que no
los típicos peones guarrillos? . Ojalá que las obras estuvieran igual de
limpias y ordenadas, como las del hogar de una buena ama de casa. Y, claro,
ahora los sacos de cemento pesan unos 25 kilos, por ley, para evitar las
conocidas lesiones de la espalda, cuando hace décadas, eran de 50 kilos, lo
cual se lo pone más fácil a las mujeres lo de currar en la obra. Un alivio,
teniendo en cuenta que las mujeres (ya hoy en día igual los hombres), al volver
a casa del tajo, y cansados/as, quedan las otras tareas: las que son propias
del hogar, tarea que se incrementa, si además hay niños de por medio; pero como
todo en la vida, para salir adelante, es cuestión de saber organizarse.
¿Serían ellas capaces de soltar los típicos piropos verdes y
guarrillos, propios de los machistas y calientes currantes del ladrillo?. Creo
que sí, aunque no hace falta que me invente algunos, ya que mirando por
internet, me he encontrado con algunos de interesantes, que no he dudado de
copiar y pegar aquí, que os lo dejo a continuación (los 30 primeros son de
autor o autora desconocida, y el resto los encontré casualmente por la red). También
os dejo algunos vídeos para ilustrar el tema.Y con esto os dejo hasta la
próxima:
MUJERES ALBAÑILES
Si las mujeres fueran albañiles, esto sería lo que los hombres escucharían al pasar frente a una construcción:
1. Güero, yo te encuero.
2. Con esos cojones, sí me quito los calzones.
3. Esos huevitos sí están para estrellarlos.
4. ¿De qué juguetería saliste?... muñeco.
5. Amor, si amarte fuera trabajo, no existiría el desempleo.
6. Papito, debo de estar muerta, porque estoy viendo angelitos.
7. Acabo de encontrar al padre de mis hijos.
8. ¿Te estudio o te trabajo?.
9. Bonitos pantalones, quedarían muy bien en el suelo de mi
recámara.
10. Con ese pajarito hasta yo canto.
11. Con esa macana deberías ser policía.
12. Oiga, suegra, présteme un estropajo para bañar a su hijo del
ombligo para abajo.
13. Tu mamá ha de ser repostera, porque hace cada bomboncito.
14. Ojalá fuéramos elefantes, para caminar agarrándote la trompa con
la cola.
15. Quién fuera bizca, para verte dos veces.
16. Mi rey, ¿jugamos a la basurita?... yo me tiro al piso y tú me
recoges.
17. Quién fuera reloj, para ser dueña de tu tiempo.
18. ¿Qué se le pone a los frijoles? ¡Eh... pazote!
19. ¿Hijo de toro? ¡Toriiito!
20. Si fuera la Diana cazadora ya te hubiera atravesado el corazón con
una flecha de amor.
21. Con esos brazos me gustaría ser coneja.
22. Eres como el oso, mientras más bueno más hermoso.
23. Quién fuera tu mano para poderte subir y bajar el zipper, papito.
24. Papito, préstame a tu Capitán que yo te lo hago Mayor.
25. Cosita, necesito llave para mi candado.
26. Rey, si así está el caminito ya me imagino el pueblito.
27. Mi rey, ¿cómo caminan las tortugas...? Apasito, apasito.
28. Papito, tu cosita se debería de llamar Bill Gates... porque es
asquerosamente rico.
29. Adentro la verdura y arriba tu figura.
30. Cómo quisiera que estuvieras en mi frutero, mango podrido, porque
ya te pasaste de bueno... papito.
MÁS PIROPOS DE ALBAÑILAS (encontrados por la red):
-¡Te ponía una naranja en la
boca y luego te metía el brazo por el culo hasta hacer fanta!
-¡Te comía enterito y luego
te vomitaba para disfrutarte otra vez!
-¡Moreno! ¡¡Ven conmigo, que
te hago mujer!!
-Y para predicar con el
ejemplo: "Estás tan bueno... que te desgastaría la polla a lametazos"
-¿Quién necesita un vaso,
pudiendo chupar de un grifo como el tuyo?
-Las rosas son rojas, las
violetas azules, tus ojazos son verdes, y yo me corro na' más verte... ¡Macizo!
-Cómo me hubiera gustado
nacer algodón para crecer gallumbo y restregarme contra tu paquete!!
Antonia Maria Trujillo, antigua ministra de vivienda
Mujeres trabajando de albañil, en la Edad Media
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Os dejo aquí abajo más imágenes que prueban la incorporación
de la mujer en los trabajos de albañilería, por aquello de "si no lo veo, no lo creo", y en algunas ilustraciones sin que falte el sentido del humor:
Y también un vídeo musical con un poco de humor, que lo han visto muchos millones de personas a través del You Tube:
Si en el mundo sólo hubieran mujeres así. Lástima de que eso
sólo ocurre en los sueños. (El corto es de Penélope Cruz).