Se
usan piedras para los muros decorativos de los jardines, los muros de una tapia
(pueden sostener una verja) o los muros de contención. Las piedras son
decorativas y no se recubren. A veces son muy pesadas, lo que implica que se
tienen que realizar cimientos sólidos.
LAS
PIEDRAS IRREGULARES
El
trabajo es complejo, ya que se tienen que disponer correctamente las piedras
para que se ajusten lo mejor posible.
El defecto clásico de los aficionados
consiste en colocar las piedras como vienen, y tapar los huecos con mortero. No
se puede proceder así, ya que las construcciones presentarán puntos vulnerables
y existe el riesgo de derrumbamiento o grietas.
La técnica correcta es la
utilizada para los muros de losas de pizarra, que se aguantan solas sin ninguna
argamasa, por la disposición de los morrillos. Se empezará colocando una piedra
grande, del mismo ancho que el muro, en cada una de las extremidades. Colocarla
sobre una buena capa de mortero bastardo, y darle asiento golpeándola con el
martillo. Colocar la primera hilera, eligiendo cada vez la piedra que encaje
mejor.
Las
piedras no tienen todas la misma forma, y no es posible que todas sean del
mismo ancho que el muro y se vean por las dos caras. Conviene, por tanto,
disponerlas correctamente para dar suficiente solidez y cohesión al conjunto.
Para ello el montaje es esencial: se tendrán que alternar (siempre que sea
posible) los elementos a lo largo y a lo ancho del muro.
No se pueden colocar
todas las piedras a lo largo para obtener un muro bello, rellenando el interior
sólo con pequeñas piedras y mortero: el muro correrá el riesgo de partirse en
dos.
Para cada piedra, deberá elegir la cara más bonita {que será la parte
visible) y verificar que esté bien limpia y sin tierra. A veces se tendrá que
cortar, con ayuda de una maceta o una mola ( radial ).
Los
intersticios entre las piedras tienen que rellenarse con pequeñas piedras que
habrá que añadir al mortero (pero en ningún caso únicamente con mortero). En
las construcciones de este tipo, las juntas normalmente quedarán vacías.
Conviene que queden lo menos visibles posible, de modo que sobresalgan las
piedras. Estas juntas se rellenarán una vez haya finalizado la realización de
la pared, con la ayuda de mortero y una paletina.
Para
la parte exterior del muro reservar las piedras más bonitas con una superficie
plana y fijarlas sólidamente por la parte inferior.
PIEDRAS
DEL MISMO TAMAÑO
Si
los elementos de construcción son todos del mismo tamaño, el montaje es más
fácil. Para que el muro sea sólido la disposición de las piedras es esencial.
Si las piedras son anchas y el muro bajo, los elementos se podrán colocar
planos, en el sentido de la longitud; colocada una fila sobre la otra, las
juntas se desplazarán sobre la mitad de la otra piedra (juntas rotas); las juntas
no estarán alineadas, porque sino se producirían puntos débiles en la
construcción.
Si el muro tiene que ser ancho, se combinarán la colocación a lo
largo (a soga) y a lo ancho (a tizón) de los elementos; se realizará la misma
disposición en todas las hiladas. Para que las juntas sean totalmente regulares,
utilizar pequeños calces de madera colocadas al borde de cada hilada.
La
verticalidad y horizontalidad son esenciales. Trabajar con la ayuda del cordel
que servirá para alinear cada hilada.
La precisa colocación de la primera piedra
de cada hilera es muy ¡importante, ya que es el elemento que regula la
alineación. Los cortes de las piedras se realizan con una maceta y una escarpa
¡HUMEDECER
LAS PIEDRAS!
Las
piedras de pizarra absorben generalmente el agua del mortero. Para evitar
defectos, es conveniente humedecer previamente las piedras sumergiéndolas o
rociándolas.