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jueves, 20 de junio de 2013

TRABAJOS DE ALBAÑIL POR LAS CALLES: LOS BORDILLOS, PANOTS, ACERAS Y OTROS



Los bordillos pueden ser de varios tipos. El que se utiliza en la obra civil, por lo común mide como un metro de largo y tiene 15 cms. de ancho y 25 cms. de alto. Los bordillos con la parte que ha de quedar vista, suelen tener una pequeña pendiente, o mejor dicho que carecen de canto vivo para facilitar la salida del agua en casos de lluvia. Hay bordillos grandes para calles, y más pequeños para utilidades de jardinería.

 

La colocación de bordillos se hace sobre un terreno drenado y compactado, y clavando un par de varillas en los extremos, tensando un hilo a unos 7 cms. más alto para dejar margen para la base del hormigón o mortero, y se ponen como si se colocara un ladrillo o un borde, con la excepción de que pesan mucho y se necesitan dos personas para colocarlo, y a veces con cierta herramienta especial de coger bordillos entre dos. 
Con el suficiente hormigón que se llena con carretilla de hormigón elaborado a máquina, o con la que trae una cuba, al remover el bordillo, tiene que bajar dos o tres centímetros y siguiendo el hilo, que se golpea con una maceta, con una madera encima que recibe los golpes y no lastimar el bordillo. Y se les deja una junta de aproximadamente un centímetro que se llenarán con mortero y luego se limpiará, tal como si fuera una obra vista.

 

Hará falta el uso del radial para trocear los bordillos, sobretodo allí donde no pasan enteros, o se termina en curva para una intersección de calles.

 

Ya en el lado visto de los bordillos se pondrán unos tablones formando un encofrado a unos 14 cms. más bajo, y de unos 40 cms para hacer de relleno en forma de franja de hormigón y formar una calzada algo inclinado de unos 2 cms de hondo en dirección al lado del bordillo que formará como canal para llevar las aguas, y también de referencia a la hora del asfaltado de la calle, teniendo presente que al lado también tenemos que poner los embornales para la recogida de agua de la calle que ha de llevar a la red pública de evacuación de aguas pluviales o directamente a la cloaca, según cómo esté la red de cada sitio.

 

Ya con el bordillo ya hecho y colocado, se puede pensar en poner la capa de hormigón de lo que será la acera para poner los panots, adoquines o cualquier otro material que formará la acera final.  El hundimiento con respecto al bordillo, se recomienda de unos 10-12 cms, y en algunos casos poniendo mallazo, para dar suficiente margen entre la capa de mortero y los panots, que por ejemplo, se van a poner para formar las aceras.


 Pero antes de esto, si es que pasa, se tiene que tener presente los tubos públicos que han de pasar, por ejemplo los que llevan la luz a las farolas, así como los anclajes clavados en el hormigón de lo que en otro momento será el sitio donde quedará la farola.

 


Luego ya en la parte del medio de la calle, poniendo hilos de un lado a otro de la calle, encima de los bordillos nos guiará sobre si hay que añadir material o rebajar las “montañas” que hay formadas sobre el terreno. Para luego pasarle la máquina compactadora y a continuación su asfaltado, o bien hormigonado, que en caso de ser hormigonado se tendrá que reglesar bien, rociándolo con agua una vez esté casi fraguado para evitar el secado rápido y las grietas que conllevarían. O bien añadir la arena con los adoquines encima para formar la calle, según cómo estuviera planificado que debía de ser. 



LA CONSTRUCCIÓN DE ARCOS



Existen variedades de construcción de arcos, así como cada uno con su estilo arquitectónico, y la formación de cada tipo de arco se basa en unos fundamentos de dibujos geométricos, como podréis ver en la ilustración aquí arriba insertada.

 

Esos arcos, no sólo proporcionan estética, sino que además reparten las fuerzas de carga superiores, desplazándolas por los lados, dejando el hueco de la parte de abajo, fueran entradas o ventanas. Podemos ver por ejemplo, que la construcción de puentes de piedra, se basa en el principio de los arcos.

 

El tipo más conocido y más fácil de realizar, es el llamado “arco de medio punto”, basado en media circunferencia. Para realizar un arco, nos hará falta una cimbra de madera con la que soportar el material, fuera piedra o ladrillos a sardinel tangentado, hasta que al colocar la última pieza logra hacer el cierre del arco. Esa cimbra se puede soportar con tablones, maderas o puntales.

 

Ya al poco de terminar de dar la vuelta al arco ya formado y cuando ya  ha fraguado un poco, se recomienda ya quitar esa cimbra-plantilla, para que el arco por su propio peso acabe por ajustarse por sí mismo, cosa que se aprovechará para limpiar las juntas y las partes que tocaban asentadas con la cimbra.

 

A falta de la costosa cimbra (es muy cara de realizar por parte de carpinteros, especialmente si es un arco muy grande, y a veces ya ni se vuelve a reutilizar), se puede realizar con los materiales que se tengan a mano, por ejemplo, formar pilas de ladrillos, hasta que en la parte superior se le pone una flexible fullola de madera, que se puede brincar formando la curva del arco, y reforzándola con algo de yeso por debajo de los soportantes.

 


Para la construcción, hay que buscar el centro del arco, marcar el repartido de los ladrillos o piedras, para que encajen bien enteras, y con un hilo largo, aprovechar de guía para ver si se coloca las piedras o los ladrillos tangentes al centro del arco, cosa que significa que con ladrillos colocados a sardinel curvado, la junta de abajo será más delgada que la junta del extremo. 




Veamos ese vídeo sobre construcción moderna de arcos de piedra:


RESTAURACIÓN DE PAREDES RÚSTICAS


De las antiguas, hay que refundir las juntas golpeando y rascando con una piqueta, o con cincel y maceta, hasta que queden lo bastante hondas y limpias para darle la capa de mortero de rejuntar. Después del repicado, sería buena idea limpiar al máximo las juntas de polvillo y demás restos con agua a presión con una máquina tipo katcher. Eso aparte de limpiar, aprovechará para dejar las juntas mojadas y húmedas, prestas a recibir el mortero con el que rejuntarlas.



Ese mortero de rejuntar estará en función del color que quiera darse, ya que existen cementos de determinados colores, que se mezclan con arena y cal, para formar la masa del rejuntado, que una vez casi seco, se rasca con un paletín de lados curvos, y se limpia con una esponja las manchas de mortero de la piedra, para posteriormente rascarlos con unos cepillos de alambre, tanto la piedra, como el mortero ya más fraguado, haciendo que resalten las juntas junto con unas piedras limpias.

 


Misma operación hay que seguir cuando se hace una pared de piedra para una mampostería rústica. 




miércoles, 19 de junio de 2013

LA COLOCACIÓN DE PLATOS DE DUCHA Y BAÑERAS



Hay que tener presente un par de cosas: debajo del desagüe va un tubo en forma de sifón que empalma con otro que va directamente hacia la red de evacuación, con lo cual ese tubo tendrá que tener margen y no verse afectado. La otra cosa es decidir a qué altura se quiere tener la bañera, para que no sea dificultoso meterse en ella.

 

Una vez decididas las medidas, se hacen unas arestas (maestras) aniveladas en ambos lados de las paredes con cemento, o bien en la forma de unos tabiques que se levantan a los lados y que sostendrán la bañera. Una vez aparedados el tubo sifón con el desagüe de la bañera y los demás complementos (tarea que habitualmente suele hacer en fontanero o lampista), se procede a solidificar la parte de debajo de la bañera, para que quede sólido y no de una sensación de hueco al pisar o golpear. Puede ser un relleno de mortero, o bien un relleno de arena bien apisonada, ya levantando las paredes que harán el cierre de la bañera, dejando margen suficiente para que se puedan alicatar con azulejos. Ya los bordes se han de pintar con una solución anti-humedad o bien poner silicona, para evitar que se infiltre la humedad con el uso de la bañera. Ya después de esto es cuestión de colocar los azulejos que quedan alrededor de la bañera, rejuntarlo y dejarlo acabado.

 


Esa misma operación vale para los platos de ducha, que se acostumbran a poner en los espacios más reducidos donde aparentemente no caben las bañeras. 

martes, 18 de junio de 2013

TRABAJOS BÁSICOS DE HACER LA ESTRUCTURA. ENCOFRADORES Y FERRALLAS



Una vez ya hechos los cimientos, el siguiente paso es hacer el pavimento de la primera planta (si es que ya deseamos hacer el pavimento), que en este caso, después de poner las redes de evacuación y demás canalizaciones que han de ir a la cloaca), tratando de dejar el suelo bien comprimido y compactado, poniéndole incluso una capa de tela geotextil aislante, o plástico, para evitar que se filtren las humedades del suelo, y encima poniendo un mallazo para hacer el relleno del pavimento, tras su correspondiente encofrado, dejando las salientes de los hierros de las zapatas donde las hayan para posteriormente hacer los pilares.

 

Esa estructura armada de hormigón, será básicamente el “esqueleto del edificio”, que básicamente sostendrá todo lo demás que se le añadirá.

 

Los pilares con los moldes de plancha son las primeras cosas que hay que hacer y levantar, poniendo sostenedores a los lados que pueden ser tablones o puntales, y cuñas en la base, hasta que los pilares den una perfecta forma aplomada. Y luego esos pilares armados de hierro por dentro, tratar de vibrarlos en la medida que se va llenando. 


Y luego cuando ya están secos y se pueden desencofrar, hay que pasar a la fase de los encofrados para el forjado de la planta que ha de venir a continuación, y con las cuales hay que poner tablones a medida, para añadir encima tableros a marcar y encofrar, y auxiliándose de puntales puestos al nivel pretendido, que se deja marcados en distintos lugares de referencia para tomar las medidas.


 



Los encofradores, si no son los veteranos albañiles de la misma empresa de contrucción, a veces suele ser una empresa de subcontratados especializada en hacer los encofrados que saben cómo colocar los puntales, los soportes, los tablones, etc... Vienen a ser como una especie de carpinteros que tienen que hacer cada molde a medida para su posterior rellenado de hierro y de hormigón. Y luego están los ferrallistas que son los que colocan las armaduras y las varillas de hierro por todas partes, de acuerdo con lo indicado por los planos y la dirección facultativa.


Claro que muchas veces cuando ves los planos, es inevitable pensar: "es que hay más hierro de la cuenta", pero esto es la trampa que utiliza la dirección facultativa para que la estructura o forjado les salga tres, cuatro y hasta 5 veces más fuerte y resistente de lo necesario, y de este modo sale una construcción tan sólida, que será difícil pedirles responsabilidades si algún vez algún forjado se cae, aunque yo he conocido de albañiles que incluso se les calló la cornisa, por no poner los hierros donde hacia falta.


 A veces encofradores, ferrallistas, y los albañiles, no van de la mano, por ser empresas diferentes en la propia obra: unos se quejan de que los hierros de los ferrallistas (armaduras) no están a punto, otros que las maderas no acaban de formar los moldeos de encofrado, y los terceros que ya lo necesitan todo a punto para repartir las viguetas y entremedio las bovedillas, cosa que pone nervioso a más de uno, cuando hay que cumplir plazos de entrega, y entonces puede darse el caso de que algún encargado monte un cabreo tal, que al llegar la cuba de hormigón en la fecha y hora señalada, se llena el encofrado de hormigón, pero a veces con la mitad de los hierros, que tampoco hay para tanto, porque el hormigón una vez seco, queda duro como una roca, salvo que los hierros son en la estructura como algo perecido a nosotros los huesos que nos sostienen.


Una vez seco el hormigón, es imposible ver el hierro que hay, salvo que se dispusiera como una especie de rayos X que permitieran ver los hierros del interior de las estructuras y forjados, igual como vemos los huesos cuando nos rompemos alguno por algún accidente. 

Y sigo: esos encofrados se pueden mirar la rectitud y el nivel poniendo un hilo bien tensado de una parte a la otra. Los operarios que estén debajo, en este caso se les recomienda el uso del casco protector, por los peligros de que pueda caer cualquier objeto.

 

Cuando ya está preparado, se puede cerrar el perímetro y empezar a marcar encima del encofrado para hacer vigas “in situ” (“en el mismo sitio”), con la puesta de las armaduras. También se pueden colocar encima las vigas o viguetas prefabricadas, así como las bovedillas, los hierros negativos que indiquen los planos, y finalmente los mallazos, todos esos hierros atados con alambre (alambre doble, según los casos). Aquí os dejo un vídeo con una muestra de encofrado de escaleras:

 


Y entonces ya podemos llamar un camión cuba (previo cálculo de la cantidad de hormigón que va a ser necesaria) que en este caso quizás sea necesario que traiga alguna bomba-manguera para distribuir el hormigón, o bien utilizando la grúa puesta en obra, con el llenado de un cubilete que se acerca a la salida de la cuba del camión que lleva el hormigón, y repartiéndola por donde haga falta.

Claro que cuando se trabaja en el llenado de un forjado, hay que evitar pisar al máximo las bovedillas, que pueden romperse, y bajo esas circunstancias resulta bastante engorroso cambiarla por otra bovedilla. Se debe de pisar entre dos bovedillas, donde pasa la viga o vigueta, y nunca directamente encima de la bovedilla, si ello es posible


 O bien empleando la propia hormigonera de la obra, e ir llenando paso a paso, con el repartir del hormigón anivelado, y pasando los vibradores, especialmente por aquellas partes donde hay armado y demás hierros y que es muy importante que el hormigón quede bien compactado, sin olvidar pasarlo también por encima de las viguetas para que la consistencia del hormigón quede más buena..

 


Y ya de un día para otro, podemos repetir la operación de seguir con los encofrados para ir ya por una segunda planta, cuando la de abajo ya se sostiene por los puntales el tiempo necesario para el fraguado y endurecimiento del hormigón, que es más o menos el tiempo de un mes, que ya se podrá volver a desencofrar, limpiando tablones, tableros, maderas y puntales.  



En el caso de la construcción de pisos, como todavía necesitan días para desencofrar, y ya se desea levantar la siguiente planta, hay que empezar por trasladar arriba el marcado de los lugares que han de continuar los pilares, ya que esos (los pilares) son siempre lo que necesitamos tener secos y levantados para poder volver a encofrar de nuevo y hacer la repetición de lo anterior.


 Se comprueba la situación de las medidas de los pilares de abajo, para trasladarlos en el pavimento de arriba y empezar a marcarlos con el tiralíneas, y a continuación volver a levantar los pilares con planchas metálicas untidas de nuevo con gasoil o aceite que impida el pegado del hormigón. 


Claro que al hacer la última planta, la de la cubierta, es un poco más complicada, ya que tiene que volar según indicaciones de los planos, y entonces la puntales se tendrán que poner inclinados, pero con cuñas puestas que compensen la inclinación. Claro que una vez puesta la madera encofradora, se puede poner un motivo de espuma de poliesteno que dará moldeo a la cornisa, haciéndola más bella, una vez desencofrada, sin que se pegue esa especie de plantilla de la que se aconseja añadir líquido desencofrante para evitar que se quede pegado al  hormigón.


Se de muchos albañiles, especialmente los encofradores y ferrallas, que debido a la dureza del oficio, cuando viene el calor, y como se suda mucho, se quitan completamente la ropa, trabajando con pantalones cortitos y con el resto del cuerpo desnudo, excepto lo de cubrirse las partes (los ya mencionados pantalones cortitos), y los zapatos de suela de hierro (que al ser de hierros, los pies han de sudar y soportar una calor espantosa del suelo muy calentado). Y aunque acaban por acostumbrarse, todos se pasan esas 10 horas como tomando el sol, mientras ponen maderas, puntales, armaduras, bovedillas, etc...


 Los novatos, como no están acostumbrados, llegan a salirles ampollas en la piel, y a los dos días, incluso la piel forma una tiras, como la misma piel de una serpiente cayéndosele a trizas. Y por la noche con dificultades para dormir, y aún tienen suerte si alguna compañera le calma la piel con alguna toalla mojada en agua fría. Yo soy de la generación que pasó por eso, y el cuerpo, como todo, se adapta. Aparte son muchos los que todavía no estamos enterados de que la ley prohibe trabajar al aire libre con el cuerpo descubierto,...pero ¿cómo le dices a un encofrador, ferralla, o albañil que está colocando las tejas, y sudando a mares, que no se quite la camiseta?. Necesita quitársela, porque por un lado siente menos calor, y por el otro porque así se le evapora los sudores provocado por la calor, y por la cantidad de botellas de agua que se consumen por la obra en los días más calurosos del verano.


 Claro que con el tapa rabos y un sombrero de tela (que se moja con agua de vez en cuando), y nunca el casco que con la calor provoca terribles dolores de cabeza, es condición más que suficiente para trabajar cómodo dentro de lo extremo y duro de aguantar el sol y la calor. 


 Hay que cubrirse bien, para prevenirse del cáncer de piel, de los golpes de calor (yo he sufrido dos en toda mi vida de albañil, y con temperaturas por encima de los 40º, que provocan fiebre y un estado de mucha debilidad en el que tardas unos días en recuperarte). Por lo menos, al parecer, ahora en Andalucía la legislación consiente a los albañiles no trabajar, o acaso sea trabajar tan sólo media jornada, en las semanas más calurosas del verano. 







lunes, 10 de junio de 2013

EL ENCOFRADO DE HORMIGÓN


Con el encofrado se da al hormigón una forma particular. Se pueden encofrar pilares, paredes, dinteles de ventanas, incluso los postes de las tapias. En el encofrado debe utilizar un molde para recoger el hormigón líquido, y se desmonta tras el secado.

 

LOS ADITIVOS

Se trata de productos que se incorporan al hormigón en el momento de la mezcla, y que le proporcionan cualidades  particulares. Pero existen también productos predosificados cuya utilización es preferible. Uno de los aditivos más utilizados es el retardador de la solidificación, que permite un mayor tiempo para su colocación, o los aceleradores del endurecimiento, plastificantes que dan una mayor flexibilidad al material, etc.

 

REALIZACIÓN DEL  ENCOFRADO

Por lo general se utilizan planchas sólidas y pulidas en los lados interiores que dan al molde. También se puede utilizar una superficie especial para encofrados que da buenos resultados (deja una superficie lisa cuando se seca el hormigón).

La construcción del encofrado es la fase más importante del trabajo y conviene poner la mayor atención. Los encofrados deben ser sólidos convenientemente unidos con clavijas, reforzados con juntas de ajuste No olvidar que el hormigón es pesado y que puede romper fácilmente una plancha delgada. Los clavos de encofrado se deben introducir sólo hasta la mitad para facilitar luego el desmontaje. Verificar que los ángulo sean bien rectos y que las plancha estén bien juntas para evitar fugas.

 

Por ejemplo, para encofrar un par de tablones o tableros, se clavan las estacas  en los dos lados, repartidas, y se ponen los tablones por los lados interiores. Entre los dos tablones, se pone o se clava una madera que defina la separación, y para cuando se llene el encofrado no se suelten hacia afuera, entre las estacas de los dos lados, se clavan unos clavos que se unen con alambre tensado, y así se aguantan.


También para seguir el nivel de los tableros o tablones definidos, se puede marcar con tiralineas, o bien clavando unos clavos a nivel cada equis distancia, que nos indica el nivel adónde ha de llegar el hormigón, sin que si se borra la línea marcada, dichos clavos son indicadores del nivel deseado. Hay que tener presente que en los encofrados, las puntas generalmente se clavan del encofrado para afuera, siempre que sea posible, para que al desencofrar, no sólo no sea más difícil hacerlo, sino para que además no queden allí clavadas con el consiguiente riesgo de posibles cortes, pinchazos y cogimientos con los mismos.   También en los encofrados se pueden formar soportes exteriores con las estacas complementado con otras maderas inclinadas que reforzan y aguantan el tablón o tablero.


Claro que cada tipo de encofrado puede ser distinto, y se necesita de la pericia e ingenio del albañil encofrador, que lo forma y moldea a cada necesidad. tanto trabajar los tablones, tableros, maderas, hierros, clavado de clavos, etc... hace que acostumbren a llevar una especie de cinturón donde cuelgan las herramientas más necesarias para las tareas de encofrado: metro, puntas, tenazas, martillo saca-puntas, maceta, escarpa, guantes, lápices, tiralíneas, etc...y teniendo al lado las grifas dobladoras, el nivel, y las "patas de cabra" arranca maderas y saca-puntas, entre las herramientas más destacadas para esas necesidades.


A veces el tablero no tiene donde sujetarse a la hora de encofrar una pared por la parte superior. Un truco consiste en clavar a nivel marcado unas cuantas puntas gruesas en el tablero, que sobresalgan y utilizar ese sobresalgamiento como soporte para poner encima de la misma pared que se va a encofrar. Y luego a base de otros trucos con maderas clavadas, se pueden formar cada encofrado. Ya lo lo decía Arquímedes: "Dame un punto de apoyo y moveré el mundo". Es cuestión de ingenio y de idear cualquier tipo de encofrado, pero ante todo hacerlo seguro, de modo que ni se mueva ni se rompa cuando se llene de hormigón, como tampoco ofrezca dificultades a la hora de desencofrar, ya seco el hormigón.



Existen unos útiles llamados flejes (que pueden ser a medida según las dimensiones del encofrado), y corbatas, que se ponen en los tableros o tablones, para hacer los encofrados, y que se pueden ver a continuación: 

Corbata de encofrar

Flejes

Aplicaciones de flejes y corbatas con tableros de encofrar



LAS JÁCENAS

Las obras encofradas se refuerzan con jácenas (añadido de hierros), ya que la resistencia del hormigón no basta. Se pueden colocar en un suelo pequeño, por ejemplo bajo la barbacoa del jardín o en la base de un fregadero.


El doblado de las varillas de hierro suele hacerse con una grifa, o bien un tubo donde pueda entrar la varilla para ser doblada, que muchas veces se utiliza, por ejemplo, el hueco del interior de un puntal. Igual a veces, con los hierros de pequeño diámetros, se utilizan los agujeros de los puntales para poder doblarlos. O bien entre dos soportes, que podrían ser, por ejemplo, de la grúa, que den las condiciones para poder doblar los hierros.


Se utilizará jácena de armazón para hormigón, doblado según la forma de la obra y atado con un hilo de hierro especial. Las jácenas deben separarse de las paredes de la obra un mínimo de 20 mm para impedir la oxidación; el armazón metálico suele intercalarse con trozos de madera que se quitan al verter el hormigón (el hormigón debe ser lo bastante espeso para que los hierros no se muevan, y a continuación vibrados).

 

EL DESENCOFRADO

Para facilitar el desencofrado, utiliza aceites de desencofrado o aceite de vaciado que se aplicará en la madera de encofrar; así se impide la adherencia del material. Verter todo el hormigón de una sola vez (se debe calcular con anterioridad la cantidad necesaria). Golpear los lados del encofrado con un martillo para que “vibre” el hormigón y penetre por todos lados y no queden bolsas de aire. El tiempo de secado es de unas 48 horas; el hormigón está totalmente solidificado, aunque no esté todavía totalmente seco, ya que necesita su tiempo de fraguado y endurecimiento en el que cada día está más seco y duro, hasta llegar un mes que es cuando ya está en la fase máxima y final del secado y endurecimiento.

 

ATENCIÓN A LA TEMPERATURA


Como todo material preparado a base de cemento, el hormigón no agradece ni el frío ni el calor excesivo. Evitar trabajar cuando la temperatura se aproxima a los cero grados. Por debajo de los 5º C no se fragua aunque se haya añadido un anticongelante al agua de la mezcla. Si hace mucho sol hay que proteger la obra con un toldo para evitar la evaporación rápida del agua de la mezcla, lo que produciría un debilitamiento y resquebrajamientos.


Naturalmente también están los encofrados de chapa metálica, utilizados especialmente para la formación de pilares, consistentes en unos arranques o cremalleras, a partir de las que se ensamblan cada una de las piezas, y uniéndolas por piezas que en la parte final forman cierres. 

TRAS EL DESENCOFRADO

Una vez fraguado y seco, se procederá a desencofrar, dejando limpios los tablones, tableros y demás maderas, así como quitando o en su caso doblando todas las puntas que sobre salgan, para evitar accidentes de cortes, desgarros, cosa que es completamente obligatoria para que no quede descuidado ningún tablón, tablero o madera, que pudiera provocar alguna herida inesperada por culpa de alguna punta que no se sacó. 


Para desencofrar los tablones o tableros del cielo raso, primero se quitan los puntales del medio, dejando los de los extremos, para que no se caiga encima. Cuando se quitan los puntales, hay que ir con cuidado que la mano no quede atrapada en la base del puntal. 


Si alguna madera queda clavada, se puede arrancar utilizando el mismo puntal. Y cuando el tablón lo sostiene el último puntal de un extremo, sólo hay que aflojarlo un poco, y con una cuerda atada en la parte de abajo, estirar de la misma, para que finalmente caigan tablón y puntal, sin que se accidente nadie. 


El mismo puntal que sirve para arrancar las maderas que quedan clavadas, se puede utilizar para la limpieza en el rascado del tablón o tablero.


Si tras desencofrar, se observa que no quedó bien el vibrado, se puede añadir pasta muy rica en cemento, que una vez seca de del mismo color que el hormigón, para disimularlo.