Esta es la herramienta por excelencia del albañil, hasta tal punto que a quienes se dedican a esa profesión los llaman “los paletas”. Es una sencilla herramienta en forma triangular, hecha con metal templado para soportar golpes y otras formas de desgaste, que termina con un mango de madera o de plástico. Y es una herramienta cara, pero del que se espera que dure muchos años, pues su constante uso y desgaste hace como si se encogiera la misma paleta, y sobretodo se gasta más en un lado que por el otro, por el continuado uso que hace de ella el albañil. Consecuencia de la pasada bonanza económica, los vendedores de materiales y tiendas de ferretería consideraban a los albañiles unos profesionales con muy importante y alto poder adquisitivo, por lo que no ahorraron en venderle bien cara la principal herramienta que más necesitaban; ahora con los stocks, parece que se ha abaratado un poco, aunque ya no se vende tanto debido a la escasez práctica de obras que hay hoy en día, a causa de la crisis que tanto daño ha hecho al sector de la construcción.
Dicha paleta se usa lo mismo para hacer paredes, como para rellenar revoques, o hacer pavimentos, cogiendo con ella el material que puede ser generalmente mortero, o pastadas de cemento o yeso. Es importante que si se quiere tener un buen agarre del material, no se use la paleta simplemente para ponerlo, sino que además para apretar el material generalmente con la punta baja de la propia paleta, y de ese modo asegurarse un buen agarre. Y allí donde no llega la paleta, llega la llana, que igualmente se trabaja a dúo con la paleta, rellenado la llana y usando ésa para revocar el mortero, yeso, o cualquier otro material que puede ser cemento o pegoland. Y luego también tenemos como compañero de las anteriores al remolinador, que sirve para alisar el revocado, auxiliado de un pincel que salpica de agua el revocado con el objeto de facilitar el alisado o remolinado como lo llamamos aquí en Cataluña.
Su limpieza es sencilla: antes de que se seque el material, se puede limpiar con agua, y cuando no es así, es conveniente rascar el material pegado a la paleta, con un paletín o con una rasqueta, que conlleva su tiempo y esfuerzo, por lo que lo aconsejable es siempre limpiar la paleta con agua y frotada con un pincel, cuando se ha terminado su uso y se sabe que no se empleará durante un buen rato. De hecho, saber si un aprendiz de albañil será un buen profesional o será un futuro chapucero más del montón, está en fijarse de vez en cuando en cómo deja el estado de limpieza de su propia paleta.
FIJAOS EN ESTA INSÓLITA FOTO ÚLTIMA: EL MINISTRO DE ECONOMÍA ARGENTINO ROBERTO LAVAGNA, UTILIZANDO UNA PALETA PARA COGER EL MORTERO DE UN CUBO. OJALÁ QUE CON LA POLÍTICA SE PUDIERA LLEGAR A TENER IGUALMENTE IGUAL PERICIA A LA HORA DE CONSTRUIR BIEN UN PAÍS. LO CURIOSO ES QUE LOS MISMOS QUE LEGISLAN, A LA HORA DE HACER CHAPUZAS, NI SE MOLESTAN EN PONERSE NI CASCOS NI ARNÉS, PUES ES DEMASIADO PESADO E INCÓMODO.
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