Sé que esta forma de poner puntales en obras está siendo objeto de críticas y quejas por parte de esos “técnicos facultativos” que sólo vienen a mirar sin mancharse siquiera, y sin respirar polvo, y no saben lo qué es el esfuerzo de colocarlo. Y a veces también por los cabrones de riesgos laborales, que meten las narices por cualquier tontería.
Para que lo sepan de una vez por todas: es una forma de poner puntales que ahorra costos, e inútiles riesgos que conllevan la posibilidad de accidentarse, pues los brazos no llegan a ser tan largos como los puntales como para colocarlos y hacer los giros para el apoyo. Los puntales largísimo son más complicados de poner, pesan más, y se usan pocas veces. Y es que con lo carísimas que resultan al final las obras, hay que usar métodos lo más económicos posibles. Pero los aprovechados enchufados que sólo sirven para estorbar, lamentablemente son buena causa del excesivo encarecimiento de la factura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario