domingo, 24 de julio de 2011

EL HOMBRE DE VITRUBIO


Marco Vitruvio Polión fue el más grande y conocido de los arquitectos de la Antigua Roma, autor del que se conoce el único tratado sobre arquitectura que nos llegó sobre el Antiguo Imperio Romano. Fue el hombre que junto a Agripa, tenía el encargo del emperador Octaviano Augusto de convertir la arruinada Roma de ladrillo salida de las guerras civiles entre romanos y con los extranjeros, en la nueva Roma de mármol de la Pax Romana del fundador de la dinastía Julio-Claudia. La arquitectura del personaje se basaba y se reflejaba en el orden, la organización, la esencia y el espíritu de la propia Roma, de forma armoniosa.


Dicho arquitecto dejó algunas indicaciones sobre las proporciones correctas referentes al cuerpo humano, que luego el gran Leonardo de Vinci, aprovecharía para dibujar su famoso “El hombre del Vitrubio”. Ese Leonardo de Vinci fue un verdadero genio: pintor, escultor, arquitecto, inventor, etc…, que llegó a ser el personaje histórico más admirado por el hombre que más revolucionó el concepto de la informática al inventar el conocido programa Windows, el creador de Microsolf , Bill Gates.


El hecho de que inserte este acontecimiento en un blog de albañiles, viene a indicar la inspiración en la perfección, tanto en lo artístico como en lo arquitectónico. La búsquedad perfeccionista del albañil con su obra. Y es que el arquitecto Vitrubio expuso una serie de principios sobre la perfección, que inspiró no sólo a Leonardo de Vinci, sino a arquitectos como el olvidado Albert Speer, el máximo exponente de lo que hubiera sido el estilo arquitectónico del Tercer Reich alemán, muy inspirado en las líneas de los antiguos clásicos y de los renacentistas.



Por otra parte es importante que valoremos que la albañileria es una de esas profesiones que aparentemente no se han mecanizado (salvo grúas, hormigoneras, martillos comprensores, o radiales, entre otros útiles y herramientas). Probablemente la profesión de albañil se trata de las pocas labores artesanales que quedan, capaces de generar ese nivel de producción en los países que son considerados como industrializados; pocas veces se recuerda que un edificio de 50 metros de altura se levanta colocando los ladrillos uno a uno, hasta acaso un par de millones de los mismos, poniendo reglas verticales y guiándose con hilos. Si alguien puede leer los sencillos tratados de arquitectura de Vitrubio, se dará cuenta de que seguimos contruyendo casi con los mismos métodos que los antiguos romanos.





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