jueves, 23 de agosto de 2012

PLANIFICACIÓN DE LAS OBRAS


Como dice el lema de este blog “la construcción es lo más parecido al arte de la guerra”. La albañilería es un tipo de trabajo de improvisar cada día, en el cual no sabes lo que te espera: la novedad, el nuevo problema que puede surgir, el nuevo imprevisto, etc…La cual cosa, para no perder el tiempo sobre la marcha, se hace necesario pensar un poco sobre los planes que se van a hacer, aunque más de uno diga el consabido y repetido “a mí no me pagan para pensar”.


Tuve un maestro albañil que una vez me dio un buen consejo: “antes de empezar cualquier cosa, lo mejor es pasarse 10 minutos pensando en profundidad lo que se va a hacer, para tener claro cada uno de los pasos que se van a dar”. Naturalmente muy acorde con el otro consejo que me dio otro albañil: “hay que trabajar siempre de la mejor manera, en el mínimo de tiempo posible”. A veces es mejor perder 10 minutos pensando bien, que perder varias horas porque habían una serie de cosas que no se habían tenido en cuenta y que aparecieron inesperadamente.


Yo ya tenía mi particular manera de aprovechar esos 10 minutos. Todos los días cuando cogía el coche para ir de casa a la obra, me ponía a pensar sobre lo que iba a hacer en las próximas horas, los pasos que iba a dar, la manera que iba a hacerlo, y de este modo me iba mentalizando. Tanto por la mañana como por la tarde. Por la noche desconectaba totalmente del trabajo, para hacer mi vida privada y estar por mi familia,…¡desconectando totalmente!. Claro que después de la comida del medio día, tenía la costumbre de tomarme una siesta (ya que este oficio duro y cansado lo reclama, para cargar las pilas), de la que me relajaba al instante y me quedaba en estado semi-dormido, con el cual muchas veces mi mente se dirígia para pensar en lo que iba a hacer en las próximas horas en el tajo, cosa que hacía que al volver otra vez a la obra, trabajara con más tranquilidad y rapidez, puesto que mentalmente ya había encontrado o imaginado respuesta a cada uno de los problemas con los que me encontraba delante. Pensabas, por ejemplo, de qué modo ibas a poner una complicada piedra para aplacar, de qué modo se iba a sujetar, de qué modo poder ponerla sin ayuda ajena,…y toda una serie de respuestas que te da la imaginación si piensas y te centras en ello. A eso lo llamaría yo planificar, como todo lo demás que tienes en la vida.


Ahora bien, referente a las obras, si hablamos de un “Plan de Obra” (llamado también “pliego de condiciones”), es siempre un plan elaborado por un facultativo (le obligan las normativas a ello) que en cada capítulo da ciertas orientaciones sobre cada uno de los pasos a dar, que en la práctica no suele llevarse a cabo, ya que cada albañil y cuadrilla actúa sobre la propia marcha, y muchas veces ni siquiera se leen o miran tal plan explicado con tantos tecnicismos, que el currante normal apenas no logra entenderlo, ya que le parece un rollo de jeroglíficos. Claro que dicho plan es un poco como algo parecido a un mapa en donde ves el trayecto que has de realizar, aunque los verdaderos planes son los que hacen los albañiles o sus encargados o jefes que les encomiendan cada una de las tareas según los planes de las instancias más superiores, que como todo plan, muchas veces suelen cambiarlos, y esto es algo muy habitual en este mundillo de la construcción, en el que cada dos por tres se cambian los planes.


Claro que muchas veces, a cada nueva situación que avanza la obra, hay que hablar y exponer ante el resto de la cuadrilla, colegas o ayudantes sobre de qué va el plan, para que ellos también se mentalicen, así como muchas veces resulta muy positivo un intercambio de ideas para conocer el punto de vista de los demás según el plan que haría cada uno de ellos. A la inmensa mayoría les cuesta gran trabajo el pensar, y prefieren más el “como tu digas, que para algo eres el maestro”. Cuando se sabe qué se hace y hacía dónde se va, se trabaja más confiado. Los encargados y jefes que muchas veces sólo vienen para supervisar y ver cómo manchan las obras y comprobar si falta algo, hablan sobre cada uno de los distintos planes con los oficiales y peones, para ponerlos al día y darles a conocer las directrices que hay que seguir a cada momento.

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