“No empieces la casa por el tejado”, reza el refrán. Lo primero que hay que hacer antes de hacer cualquier edificio no es sólo disponer del capital necesario para financiarlo, sino de condicionar el suelo sobre el que se asentará. Si para preparar esto antiguamente se hacia a pico y pala, así como capazo y empleo de la fuerza bruta, hoy en día tenemos la inestimable ayuda de las máquinas. Era una tarea muy dura, y para eso existía el sistema social de esclavitud en tiempos pretéritos, para que esas tareas ingratas las ejercieran los elementos más excluidos del orden social imperante. El invento de la máquina fue un gran paso para la liberación del hombre, mejorando su calidad de vida, y ese caso se ha dado visto en, por ejemplo, la construcción.
Esas máquinas cuestan mucho dinero, pero ahorran el trabajo manual de muchas personas, de modo que las constructoras cuando tienen trabajos, tanto de obra pública como de obra civil, también suelen ganar muchísimo dinero con esas máquinas. Pero precisan un constante mantenimiento, de modo que cada empresa constructora de importancia suele tener su propio equipo de mecánicos de mantenimiento de esas máquinas. Incluso también es frecuente encontrarse con autónomos que se ofrecen para hacer trabajos con esas máquinas, poseyendo, por ejemplo, una máquina retro-excavadora que generalmente su precio suele rondar alrededor de los 100.000 euros, y se debe de amortizar el en mínimo de tiempo posible. En los tiempos del boom de la construcción, algunos autónomos con máquinas propias solían ganar buen dinero con los encargos –que nunca faltaban-, pero ahora con la crisis no sólo están arruinados, sino que no consiguen ni vender la máquina, que termina por oxidarse. Esas máquinas hacen cuatro cosas básicas:
1.- mover tierras para darle la forma deseada.
2.- excavar los sitios donde se tenga que extraer la tierra (desmonte de tierra).
3.- rellenar terrenos vacíos (terraplenes), i compactar el terreno para que tenga un buen asentamiento.
Curiosamente la misma tarea que se hace cuando se construyen carreteras, autopistas o vías férreas, y de las que las grandes empresas que se dedican a esto sacan pingues beneficios, ya que el principal cliente suelen ser las instituciones públicas, y lo que, por ejemplo, tiene un presupuesto de 5 millones de euros, y la ejecución material del trabajo termina costando 2 millones de euros, por ejemplo, entonces quedan 3 millones de euros de ganancia, razón por la cual se entiende que puedan comprarse sobradamente esa maquinaria tan costosa, mantener peones que apenas dan golpe porque casi todo lo hacen las máquinas, y el resto del dinero va para comisiones para políticos y cómplices funcionarios en los puestos clave de decisión, y guardados en paraísos fiscales. Y no os impresionéis por ver máquinas que parecen tan complicadas: se aprenden a usar con la misma facilidad que se aprende a usar cualquier coche. Lo malo es que hoy en día te exigen cierto carnet especial para estar autorizado a llevar cualquiera de esas grandes máquinas.
Podemos hablar de máquinas tales como el bulldozer, la retroexcavadora, la cargadora, el camión con volquete, la motoniveladora, la compactadota,, etc…, una gran variedad de maquinaria conforme al uso que se haga, que tienen en común un motor tractor cubierto con chasis y con un sistema de instalaciones hidráulicas, que hacen los determinados movimientos según su uso, y naturalmente se sostiene con ruedas propias del conocido tractor de campo, o incluso sobre orugas que recuerdan las de cualquier tanque del ejército armado. Esas máquinas suelen ser de una gran potencia, debido a la dureza del trabajo y a los grandes esfuerzos que se le exigen, de modo que no es raro ver máquinas que alcanzan los 500 C.V. o más, de modo que una máquina de esas puede llegar tener la fuerza de unos 50 coches juntos, por citar un ejemplo. O por poner un ejemplo comparativo: el famoso coche del currante tan conocido por todos los albañiles: el SEAT 600, es una máquina que tenía tan sólo 6 C.V., para que os hagáis la idea de la fuerza y potencia de esas máquinas.
De modo que después de hacer el replanteo del terreno y estudiar los planos, se hacen las siguientes operaciones coordinadas entre un jefe de obra y los operarios de cada una de las máquinas:
1.- Preparación del terreno.
2.- Excavación y carga
3.- transporte de las extracciones
4.- nivelación o condicionamiento del terreno
5.- Compactación si precisa del caso.
Terminado ese primer paso, el siguiente ya será el relleno de los cimientos y dar forma a la edificación propiamente dicha, que precisará otro tipo de maquinaria, tales como por ejemplo los camiones-cubas que transportan el hormigón, o las grúas para auxiliar y distribuir las cargas y los materiales en cada lugar de la obra y en cada momento y circunstancias. Pero esto ya merece otro capítulo.
Os dejo con una divertida muestra de acrobacia de uno que si puede decirse que es un maquinista que domina todo la retro:
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