Las grúas son uno de los elementos más interesantes y vistosos de los equipos de obras, y cuanto más alto y grande el edificio, más alta y grande la grúa. Están para facilitar los trabajos. Constan de una torre sostenida por un contrapeso lleno de arena, y dicha torre sostiene una pluma por un lado y una contrapluma con un peso por el otro lado, y cuyos movimientos sirven para llevar cargas de un lado para otro. Normalmente en donde está situado el contrapeso, o en algún lado de la pluma suele haber un enorme letrero que hace publicidad de la empresa constructora de la obra, que es más llamativa cuando la grúa se mueve y no puedes evitar el mirarla.
Hoy en día te exigen tener un carnet de gruista, pero en mis tiempos que empecé como peón por allá a finales de los años setenta del siglo pasado, cualquiera podía llevar la grúa, que consistía con manejar una manguera con distintos botones que hacían cada uno de los movimientos, básicamente los de subir o bajar el cable con un gancho que sostenía la carga, de mover adelante o atrás el carro-rail de la pluma, y el de moverse por un lado u otro lo que se entiende por la pluma, aparte del botón de stop que lo paraba todo para el caso de una emergencia inesperada. Esas maniobras de la grúa, también tenían marchas para hacerlas más rápido o más lento, según las necesidades del momento, pues es importante la rapidez y la productividad. Es una cosa que con la práctica y la destreza lo dominabas con mucha facilidad, que incluso habían oficiales de primera, veteranos con mucha experiencia, que se negaban a usar la grúa por las dificultades de manejarla.
Yo usaba la grúa por la facilidad de poner la carga donde exactamente se deseaba que fuera puesta, con algo parecido a aquello de los pistoleros del farst west de “donde pone el ojo pone la bala”; lo mismo con las grúas: donde pongo el ojito, pongo la carga, y ni un centímetro de más o de menos. De modo que cualquiera podía llevar una grúa, pero hoy en día esto ya no se consiente si no es a costa de hacer unos largos e inútiles cursillos de los que nadie se acuerda, una vez obtenido el carnet, de tal modo que incluso los que tienen el carnet de grúista muchas veces son lentos y torpes en el manejo de la grúa, con todo lo que se pierde en productividad y costes por ese mal uso.
Pero bueno, desde que los políticos lo socializaron todo, se espera que cada cual sea responsable de cada cosa, y si por desgracia la carga cae en el lugar inadecuado, hay que meter a alguien a la cárcel, y por esas razones nos vienen con tanta inútil y exasperante normativa, que es una de las causas de que se hayan encarecido tanto las obras a pesar de la tecnología y las máquinas, cuando antes incluso haciendo las cosas manualmente, todo era más barato; contradictorio, ¿verdad?.
Las grúas pequeñas suelen valer aproximadamente los costes de uno, dos o tres años de un obrero de la construcción, y por eso es buena inversión si la empresa siempre tiene contratas en su cartera. Y las más grandes suelen valer varios millones (de las antiguas pesetas, claro), así como también suelen ser carísimos los recambios y el mantenimiento, por ejemplo cambiar el desgaste de los cables, y el montado o desmontado de la grúa, que suele hacerlo personal especializado, para llevarla a otra obra, o para guardarla en un almacén. Hoy en día, a causa de la terrible crisis que padece la construcción, es frecuente ver almacenes llenos de grúas que no caben entre sí, y que terminan siendo una chatarra oxidada. Un espectáculo lamentable, recuerdo de cómo han terminado los años de la especulación insaciable que construía sin mesura y que ahora ha dejado a la ruina a muchos constructores y compradores exageradamente hipotecados, aparte de a toda una legión de albañiles en el paro.
Naturalmente que no todo son grúas fijas: también las hay de móviles a través de unos vehículos grúas, que para este caso se necesita personal muy especializado. Os adjunto un ejemplo de la grúa más grande del mundo:
Excelente artículo el que habéis dejado en la web ya que sin las grúas no podríamos hacer los edificios y muchas de las construcciones que hacemos hoy en día, sin duda un invento al que le hemos sacado una rentabilidad increíble
Excelente artículo el que habéis dejado en la web ya que sin las grúas no podríamos hacer los edificios y muchas de las construcciones que hacemos hoy en día, sin duda un invento al que le hemos sacado una rentabilidad increíble
ResponderEliminar