sábado, 21 de mayo de 2011

HERRAMIENTAS DE MEDICIÓN, APLOMADO, ANIVELADO Y ESCUADRADO





Para medir, tenemos los metros, herramienta básica para situar adecuadamente la construcción a cada sitio, según indicaciones del plano. La cinta métrica se usa para mediciones largas, pero hay que tensarla para medir bien.


Están, también, la plomada, para dejar las paredes o los bastimentos rectos, y el nivel, para dejarlo anivelado. La escuadra ayuda a dejar las paredes perpendiculares, o para calcular y dar formas a diversos ángulos, usando un cartabón (una escuadra de 90º, y 45º de lados), y otra escuadra más normal (la escuadra de 90º, con un lado de 30º y otro de 60º); de lo cual la unión y uso de las dos escuadras, ayudan a formar perpendiculares, paralelas y ángulos definidos en los múltiples usos constructivos. Suelen ser de madera o de algún metal ligero, y de entre uno y medio metro de largo.

TEOREMA DE PITÁGORAS

 También existen algunos trucos matemáticos midiendo, sin necesidad de escuadra, basados en los teoremas de Pitágoras y el de Thales, generalmente conocidos por el albañil experimentado. Para saber si, por ejemplo, existe una forma perpendicular o a 90º de escuadra, los albañiles saben que si por uno de los lados lo marcas a 60 cms, y en el otro medido desde el mismo punto lo marcas a 80 cms, y luego mides desde los otros extremos, y este te da 100 cms (un metro), eso significa que está bien escuadrado en perpendicular o a 90º, que se basa en el conocido Teorema de Pitagoras, que dice que el lado más largo su medida al cuadrado es igual a la suma de los cuadrados de los otros lados restantes (eso sólo si está perpendicular, que es lo mismo que a 90º, claro).


Para el nivelado, se puede usar el propio nivel que tiene una burbuja de aire entre dos rayas centradas, o un nivel sobre una regla, o bien una manguera de agua que señalará los niveles definidos en todas partes, aunque ya ha perdido la usanza, con el invento de hace unos pocos años del nivel de luz láser.

El aparato de luz láser, es una herramienta que conociendo su uso señala con un haz de luz láser (generalmente una luz roja) los niveles, aplomados o escuadras según la posición desde la que se opere. Su marcado y su uso han incrementado mucho la productividad, en comparación con las herramientas anteriores de uso más manual, pues requiere hasta siete veces menos tiempo, con lo que se gana en rapidez. Recuerdo que los primeros eran muy caros (el primer nivel láser que me compré me costó unas 150.000 pesetas de la época), cuando actualmente hoy puedes encontrar uno de marca alemana o americana de calidad por unos 100 euros. Su uso es más recomendable con poca luz o los días nublados, por lo que hay que saber aprovechar circunstancias del tiempo, como marcar o comprobar en las primeras horas del amanecer o de la tarde, cuando todavía no ha salido el sol, o ya se ha puesto este. Cuestión de organización y hacer las cosas a su debido tiempo.

Si se saben utilizar por lo menos el nivel, la plomada y la escuadra con cierta destreza, casi puede decirse que se tiene superada casi la mitad de la carrera de albañil, ya que son indispensables para el desarrollo y el dar forma a cualquier obra.


El nivel manual contiene en la parte central una burbuja visible, con un par de rayas, que cuando dicha burbuja está correctamente entre esas dos rayas, indica que lo que tenemos debajo está bien horizontal.  En uno de los lados de este nivel hay otra burbuja que está perpendicular a la del medio, con la que también se puede utilizar para comprobar si se sigue bien a plomo, con lo cual a veces ese nivel hace las funciones de una plomada, pero lo mejor es utilizar la plomada, ya que es más fiable, y el nivel con su constante uso y a base de golpes, puede moverse y desviarse un poco el contenido interior donde está la burbuja señaladora.


Cuando no existía el nivel, para comprobar la horizontalidad, se utilizaba una escuadra de dos lados iguales, en la que en medio se le ponía una pequeña plomada, y en la parte de abajo, en la base, se marcaba la mitad, y cuando esa mitad coincidía con lo indicado por la plomada, eso quería decir que la superficie era completamente horizontal.


La plomada, como podéis imaginar, se trata de un cordel que atraviesa una pieza con un peso debajo como mínimo del mismo grosor de la pequeña pieza superior que sirve para el agarre. Esa pieza se toza a una pared, por ejemplo, y si el peso de abajo casi roza la pared, nos indica si realmente está bien vertical la pared que se comprueba. La punta que termina abajo de algunas plomadas, sirve por si acaso queréis marcar en el suelo una señal del aplomado, que se suele hacer, por ejemplo, poniendo arena mojada y compactada, para que se vea mejor la señal, que luego ha de servir de referencias para tomar medidas para lo que se crea necesario para cada cosa.




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