sábado, 17 de septiembre de 2011

SIESTA DE ALBAÑILES



Aunque es tradición española echar una cabezadita, sobretodo después de comer cuando la sangre del cerebro fluye hacia el estómago para contribuir con la digestión y deja la cabeza más despejada y relajada; la siesta es algo muy necesaria de practicar para los que trabajamos en el sector de la construcción.

El trabajo de paleta es muy duro, que requiere gran tensión física y psicológica, dejando los músculos y los nervios completamente tensos y agarrotados, y eso tener que aguantarlo un promedio de unas 10 horas diarias, es demasiado para el aguante físico.


Por ello tras la comida del mediodía es muy aconsejable relajarse y desconectar completamente en un lugar tranquilo de la obra, y con cualquier medio que sea cómodo a falta de camas, y a ser posible oscuro y lejos del ruído de los ronquidos del colega, para echarse entre 10 y 20 minutos de siesta reparadora. Pues esta es la forma ideal de empezar de nuevo el tajo por la tarde completamente descansado, ya que si no se hace el resto de la tarde parece pasarse más cansado y con los nervios más tensos, que con lo brutos que somos los albañiles ya es demasiado tener que aguantar de más la mala leche de cualquiera por no haber descansado debidamente.



Por esas razones recomiendo una buena siesta todos los días que se trabajen por las obras, ya que es bueno para la salud, y para el rendimiento en los curros de nuestros sufridos y reventados chapuzas.

En las fotos podéis ver a nuestros currantes tomándose su siesta en las obras de cualquiera de las maneras disponibles a mano.










Y el albañil rico de los alegres y pasados años del boom:

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