Si los azulejos y el aspecto de tu cocina ya te parece pasado, viejo y anticuado, lo puedes reformar con los que sean más acorde con tus gustos. Eso se puede hacer sin necesidad de arrancar lo que ya está puesto, ni con ello provocar polvo y runas. Se trata de aplacar los nuevos azulejos sobre los ya existentes, previa limpieza y bien secado de las mismas, uniéndolas con una silicona especial de fuerte agarre, y un buen rejuntador cementoso para unir y tapar los laterales de los mismos azulejos. Y después de esto colocar las nuevas tapas eléctricas encima, con unos tornillos más alargados. Las paredes de la cocina quedarán como nuevas.
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