Es frecuente que una vez acabadas las obras de albañilería, se de paso al pintado. Existen varios albañiles que además de dominar el arte de colocar bien el ladrillo, saben además pintar con rodillos, pinceles o brocha gorda lo pintable de la vivienda recién terminada, o reformada. Lo que según con quien contacte os puede salir mucho más barato que no recurrir a un pintor profesional, que habitualmente suele ofrecer sus servicios a presupuesto. Aparte de que los albañiles ya tienen los andamios y las escaleras con las que han trabajado la vivienda recién hecha.
El proceso de pintado consiste en tener limpias las paredes y demás objetos a pintar. Se protegen las partes no pintables con cinta adhesiva, o con papel que también contiene cinta adhesiva (eso se encuentra en los comercios de pintura), luego con masilla y una espátula, se tapan los defectos o agujeros picoteados, que una vez secos se fregan con una lija, y a continuación pasamos primero en recorte con el pincel adecuado (es decir, por aquellas partes que el rodillo no podrá pasar), y el resto de la superficie con un rodillo a mano o con alargo para llegar adónde se quiera pintar con el rodillo, como seria el caso de los techos o paredes altas. Ese uso del rodillo hace que el pintado sea rápido. Aunque se ponen unas alfombras especiales para que la pintura no manche el suelo, un truco consiste en fregar el suelo para humedecerlo, y al poco de haber pintado, fregarlo de nuevo para captar las gotas de pintura que hayan podido caer. De este modo el pintado es rápido, aunque habitualmente suelen darse dos capas. De una capa a otra, es aconsejable que se deje pasar por lo menos un día para su secado porque así se forman dos capas de pintura, mientras que volver a pintar cuando todavía no ha secado, es como si se repartiera de nuevo la misma pintura ya dada anteriormente. Eso asegura un color mejor asentado. Terminado de pintar, arrancamos los adhesivos protectores, repasamos y limpiamos todo sin dejar ninguna mancha de gota alguna de pintura.
Hay que tener en cuenta la calidad de las pinturas, aunque generalmente las de mejor calidad, son marcas caras, que son pinturas que se adhieren mejor a la superficie y difícilmente salta con el tiempo, aparte de que las pinturas baratas, como que hay que dar más capas, dan más trabajo también.
Yo dividiria en dos los tipos de pinturas existentes: las que se diluyen con agua, y las que es preciso el uso de disolventes. Para las primeras se usan generalmente para el pintado de paredes, mientras que de las segundas, para el pintado de metales y maderas, o material de obra que precise mucho lavado. Y una caracteristica que define la calidad de la pintura es la dificultad de que la atraviese el agua o la humedad, y lo mismo si se embollan o no, como si se formara una capa de aire en el interior de la pintura con el tiempo, señal de desprendimiento de la superficie a la que se hallaba adherida dicha pintura.
Sobre los colores, opino que deben de ser al gusto del propietario, ya que al igual como ocurre con la moda, vale el adagio que dice que “sobre gustos no hay nada escrito”, aunque es cierto que unos tonos claros, atraen más la luminosidad, y curiosamente ciertos colores debido a su pequeño uso, o a lo complicado de fabricar el pigmento que da el color, suele ser por esas razones tener una variedad de precios, algunos con unas diferencias abismales que pueden asustar a más de uno a la hora de comprar la pintura. Por lo cual el caso no es sólo hacerse una idea de qué color se prefiere, sino también preguntar en la tienda de pinturas que a qué precios cotizan los colores que se añaden como aditivos colorantes a las pinturas Standard.
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