miércoles, 18 de agosto de 2010

LOS ALBAÑILES, ESOS EXTRAÑOS CURRANTES



Hoy quiero hablar con un poco más de detalle sobre el factor humano de los albañiles en mi blog; hablar de las personas que trabajan en el gremio, los que ejecutan y materializan la obra, los que trabajan de verdad. Hay mucho de que hablar, y sé que esa entrada se me quedará corta, pero intentaré hablar de algunas cosas inherentes a los principales protagonista de ese mundillo del pico y pala, que para hablar en una segunda parte tenemos toda la vida.


Podríamos decir que los albañiles son uno de los estamentos sociales de vida más dura. En principio estaba formado por gentes rudas y duras que básicamente procedían del entorno rural, y generalmente sin estudios.Generalmente era el oficio que escogían aquellos que no servían para estudiar siguiendo por el bachillerato o por la universidad, contando tan sólo con estudios primarios (y veces sin ni eso tan siquiera). También estaba compuesto generalmente por gentes procedentes de la emigración interna (no inmigración de extranjeros extraños como es hoy en día), que venían del entorno rural al entorno urbano en busca de una mejor calidad de vida que ofrecia el entorno urbano de mayores, mejores, y servicios de mayor calidad de vida. Recuerdo que cuando empecé como simple pinche con 14 años, el sueldo de un albañil oficial de primera solía solia ser cuatro veces mayor que el de la categoría de peón. Recuerdo que con 14 años, ya descargaba los sacos de cemento portland de los camiones que pesaban 50 kilos; cuando hoy por normativa son de un máximo de 35 kilos. Hoy apenas hay diferencia entre sueldo de albañil y peón, y dadas las mayores responsabilidades del albañil, sale más a cuenta ejercer de peón. Pero es un sector donde te puedes encontrar con encargados de lo más imbéciles. Recuerdo que una vez, cuando era un jovencito adolescente que trabajaba de peón, el encargado de la obra me hizo cavar una zanja grande a pico y pala, pero me encontré con roca pura, pero a él lo mismo le daba, y a grito pelado, insultándome, y presto a pegarme hostias, me obligaba a que continuara haciendo la zanja, y yo casi llorando porque no podía con un pico picar y romper la durísima roca pura. Por la noche al plegar tuve que ir al despacho a ver al jefe para comentarle el episodio, que me dijo: "no te preocupes, chico, ya sé que es un cabrón. No le hagas caso, hazte el tonto, y aguántalo cuatro días más, y te cambio de obra". Era uno del que decían que no se ahorraba de maltratar a los peones, y con el que nadie quería trabajar, y según me contaron, una vez en una obra cerca del lago, los peones hartos de su maltrato, lo cogieron cada uno entre cada pie y mano, y lo levantaron para tirarlo directamente al agua del lago. Pero eso no le curó de ese cerebro tan ruco y sucio de marranadas. Así es como se endurece y se vuelve insensible el aprendiz de albanil, cuando le toca suportar a veteranos cabrones que no hacen otra cosa que dar patadas, gritar, vomitar la mala leche, e insultar a todas horas.


Por hacer una pared de mahones un poco torcida me dieron una fuerte patada a la pared derribándola toda, pero me dijeron: "no te preocupes, chico, lo hace para que aprendas". Pero de ellos yo aprendí a tirar los cubos de mortero secos al suelo desde lo alto del andamio, cuando los peones me la traían en esas malas condiciones, y sin refrescar.Y cabe decir que a los vagos y conflictivos, los escondían de la vista de los quejosos clientes, y a los responsables y trabajadores nos destinaban a aquellos lugares donde la imagen es importante, y a arreglar las numerosas chapuzas que se deján los otros. Aprendí que los albañiles son tan vulgares, que no saben ni decir ni pedir las cosas con educación: "eeeehhhhhhhhhhh túuuuuuuuu, traéme la pasta (con un tono como queriendo decir: ¡traéme el mortero, puto cabrón!",....como si esa fuera la manera de mostrarse más machos y mostrar quién es aquí el que manda.. En vez de mi forma amable de pedir las cosas al estilo: " tráeme aqui los ladrillos,....si quieres". Todos cuantos albañiles me conocen, saben de mi famoso........."si quieres", del modo de decir o pedir, y eso que incluso algunos me lo han copiado. Y es que aquí me copian incluso las opiniones. Te pones a hablar de algo, te contradicen y les das tu opinión, y luego con otra gente se ponen a discutir más o menos de lo mismo, y acaban soltando expresamente la misma opinión que yo ya dije otro día. ¡Y es que me copian esos burros incivilizados, que todavía necesitan aprender!. Si supieran que he creado ese blog, expresamente para ellos, se quedarían impresionados.


¿Cómo un albañil que tiene un blog en internet?. Pues sí señor, aquí tienen el mío, y a ver si aprenden, que la albañileria es algo más que un par de cojones y una paleta. Y es que cuando los albañiles se cabrean, les salen unos gritos y unos insultos, que se las saben. La misma vulgaridad y falta de educación manifiesta. Pero es que ellos son así, aunque los hay buenas personas, pero todos endurecidos de lo peor. He tenido algunos jefes superavaros, algunos incluso cuando faltaban 10 minutos para plegar, ya haciendo otra maquinada en la hormigonera para que la gastes colocando ladrillos (cuando normalmente se gasta una maquinada por hora), total que te obligan a quedar unos cuantos largos minutos más, cuando oficialmente ya se terminó la jornada, pero como te quejes, pues te arriesgas a que te despidan. ¡Un abuso!, y de los más odiosos, pero todos acaban mal, por avaros, y por la antipatía que provoca su incurable avaricia.Con suerte, algunos saben ocultar ese feo defecto de la avaricia, y comparten algo la pela ganada, pero la inmensa mayoría son unos agarraos, cuando se trata de dinero, o de tratar el espinoso tema de subir la paga, de lo cual siempre tienen algún pero o pega por decir, y una mala cara, naturalmente.



Sabed que cuando terminan una cubierta, suelen celebran con una cena al poner la bandera (eso es cuando ya se ha terminado de hacer el tejado), aunque últimamente eso ya no es costumbre (por lo carísimo que se ha puesto todo).También por las fiestas del santo patrón de los albañiles San Antonio, suelen celebrar alguna comida a cargo del jefe, del cual la elección del restaurante, pone de manifiesto el grado de la tacañería. Como te inviten a hacer la celebración en un restaurante de mala muerte, pues avaricia manifiesta, que incluso lo considero una falta de respeto a los trabajadores: hay que invitar en un lugar donde se coma con un mínimo de dignidad, que avaricia no hay para tanto.


 Recuerdo, también que los albañiles somos muy dados al mote. Uno de los jefes que tuve lo llamaban "totxo" ("ladrillo", en catalán, que rima con "tocho", otra forma de entender "tonto" en castellano), porque en aquella época de los años franquistas, era costumbre llevar un regalo para los viejos del asilo del pueblo al homenaje a la vejez que se hacia cada año, y se le ocurrió regalar un ladrillo. Y entonces la gente empezó a llamarle "tocho", un mote que provino de aquel acontecimiento. Me acuerdo de muchísimos motes, siendo los más destacados el de "Pata-chula", por la pierna coja de uno de los peones que había padecido una polio dejándole una pierna más larga que la otra, o "El capitán Mica" (lo de "mica", que quiere decir un poco, en catalán), por dar ordenes a salva y malsalva de "traeme un poco de..., hazme un poco de....., límpia un poco de...., etc....", que en catalán se dice "una mica" (un poco).



Siendo una de las profesiones más duras y reventadas, y Zapatero, del único partido que se hace llamar "Obrero Español" en sus siglas (que no está ni mucho menos con los obreros españoles, ya que antes favorece a todos esos extranjeros de culturas extrañas y valores antidemocráticos que encima nos quita el trabajo a los propios obreros españoles y reventando los sueldos a la baja que para esa gente que proviene de países "muertos de hambre" un poco de dinero es todo un tesoro y no se van a quejar de estar mal pagados) nos quiere jubilar a los 67 y más años, cuando ya estemos completamente estropeados por las artrosis y los dolores reumáticos por todas partes, especialmente por la espalda y las piernas. Creo que los 50 años sería la edad ideal que se merecerían jubilar los albañiles, debido al excesivo desgaste físico que provoca la dureza de la profesión, puesto que todavía no se ha inventado el robot que sustituya la pericia, creatividad e improvisación del albañil. Y es que todos terminamos como locos: frío, calor, viento, lluvia,...nada del tiempo perdona, y hay que aguantar. Y la espalda termina totalmente jodida de trabajar peor que una mula reventada. Eso nos vuelve como mulas, como chalaos de la mollera,...que esto es todo malo para la salud,...pero tenemos nuestra dignidad y aguantamos. Pensad que los mineros de las empresas públicas que pagamos todos con los impuestos, se jubilan a los 45 años y con unas pensiones que en comparación son un escándalo, cuando el resto de los albañiles (muchos de los cuales lo pasan peor que los propios mineros, al no disponer de tantos equipos de protección y tanta tegnologia ultramoderna pagada por los contribuyentes) pues tienen que esperar otros 20 o más años para tener derecho a jubilarse y cobrar la merecida pensión. ¡Una injusticia y una tremenda discriminación!.


Y he de decir que en más de 25 años, apenas he visto crear nuevas empresas de construcción, pues no hay emprendedores ni vocaciones a la que le traiga tan dura profesión. Las que están, proceden de los tiempos del franquismo, y son las que han aguantado, pasándose por generaciones. Las nuevas, aunque han presumido de haber recibido algún premio de calidad, han terminado por irse al garete (como sucedió una que construyó parte de la villa olímpica de mi pueblo). Aunque han proliferado mucho los autónomos a cuenta de otras constructoras, hoy en día prácticamente nadie crea nuevas empresas de construcción que puedan competir para ofrecer el mejor servicio, calidad y precio, y es debido al excesivo peso de las exigencias administrativo-fiscales que maltratan mucho a los que quieran dedicarse al oficio de la construcción. Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, quebraron y cerraron muchísimas empresas de construcción creadas al calor de la bonanza económica de entonces.


Referente al espinoso tema de la inmigración, de acuerdo con mi experiencia personal, los negros y moros por lo general son muy vagos, y si no se les aprieta o hace un toque de atención, apenas se mueven; los sudacas, son bastante violentos; los chinos, constantemente trabajadores, pero muy chapuceros; y de los rumanos hay que andarse con cuidado, pues son maestros de la picaresca. Los rusos son bastante serios y callados. Y todo lo digo apelando a mi experiencia personal, ya que de ese tema no se trata en los manuales de construcción. Los que son trabajadores de verdad, son los propios españoles (con algunas excepciones), y si se recurría a mano de obra extranjera, era porque para trabajos auxiliares, aquí no se encontraba personal que quisiera trabajar en la construcción, aunque ahora sobra completamente, especialmente los inmigrantes.


 Aparte si algunos empresarios prefieren inmigrantes en vez de dar trabajo a nacionales, es porque consideran que les podrán pagar más barato y no se quejarán, pero eso es una actitud que hace mucho daño a los albañiles nacionales porque nos dejan sin trabajo y con ello sin el medido de sustento. Recuerdo que venían inmigrantes y decían: "somos albañiles", pero a la hora de la verdad no eran ni un pequeño trozo de albañiles, puesto que no se salían correctamente en los trabajos, y tenían que ser relegados a hacer tareas propias de un oficial de tercera. Pero en los tiempos de antes de la presente crisis, el trabajo no daba abasto, y contrataban a cualquier mierda para que hiciera la chapuza, que otro albañil más experimentado y pulido terminaba dándole el acabado final, ocultando vicios y defectos constructivos.


¿Habéis oido decir que los albañiles son muy puteros?. Pues sí, son muy puteros, especialmente los inmigrantes sudacas, y los propios españoles (por lo menos la mitad), que los lunes a la hora del almuerzo te cuentan la canita al aire que echaron el fin de semana. Y cuando se deja ver alguna chica cerca de las obras, dicen: ¡¡¡¡¡¡¡guapa!!!!!!!!!!!, ¡¡¡qué buena que estás!!!!!!!!!!!, un grito de piropo que parece una vulgaridad, como si de esta manera fuera necesario mostrar lo machotes que son, de los que los albañiles son todos unos expertos en decir cualquier clase de guarradas a las niñas y a las no tan niñas. Y por si fuera poco, entre ellos, la típica pregunta: ¿te la follarías?, como la mejor manera de decir si te ha gustado la chica que ha pasado. Tengo mi particular teoría de que la extrema dureza del trabajo produce una mayor mezcla de testosterona y adrenalina, que acaban formado una libido muy fuerte, con lo que los albañiles están entre los machos que mejor follan a gusto, retrasando en lo más lejos el recurso de la viagra, cuando el estado de la pilila es directamente proporcional al estado de reventada que les queda la espalda.Los albañiles jóvenes, siempre tenían chicas, que al parecer se lo rifaban: casa, buen sueldo, tío fuerte ( y eso que algunos van de metrosexuales, entre la jornada laboral en las obras, y los entrenos en el gimnasio para pulir músculos). Claro, atrae eso del famoso "importante poder adquisitivo de los albañiles" de los tiempos de antes del estallido de la burbuja inmobiliaria (que ahora ese chollo ya se ha acabado y ser albañil ha dejado de ser sinónimo de ser "rico" por los altos sueldos que cobraban).Y eso de que hay quienes les tienen envidia a los albañiles, con la idea de que ganan un buen pastón. Hace unos tres o cuatro años había algunos anuncios sobre formación de albañiles, que se veía verlos ir a la obra con un casco, pero dentro de una lujosa limusina. Era el famoso anuncio del currante que venía al tajo con limusina, para dar la idea del dineral que podrían ganar si se dedicaban a la construcción.Claro hace pocos años el trabajo no daba abasto, las ganancias eran buenas, y se permitían comprase los mejores coches e incluso venir al curro con un gran cochazo más propio de un director de sucursal bancaria. Recuerdo que una vez le dije a un empresario yesero: "¡pero qué cochazos tienen tus trabajadores!, ¡sí sois ricos los yeseros!",...-es que somos unos fanfarrones, me respondió-. Pero esos tiempos ya se han acabado: ahora tan sólo hay miseria en el sector de la construcción, con mucho paro y algunos con un poco más de suerte con trabajo muy precario e incierto, y los bien situados, en comparación, son los funcionarios, que tienen un buen sueldo garantizado de por vida, no los pobres albañiles, que hace unos pocos años tenían unos sueldos envidiables.


Y ahora los tiempos han cambiado: mucha crisis, mucha competencia, y mucha miseria, y el que puede, sigue adelante, que lo que no ha cambiado es la extremada dureza y las espaldas reventadas siempre aguantado y a punto de romperse. Nos van a exigir en 2012 un dichoso carnet de albañil, que terminará siendo un fraude (eso es un tema aparte, que merece otra entrada en mi blog), pero si en algo han cambiado las obras hoy en día es que ahora que se han puesto tanto de moda los móviles, que no paran de sonar e interrumpirles: los jefes siempre meten el recurso de derivar sus problemas para que los resuelvan sus albañiles, especialmente los encargados o responsables de obras, que casi se pasan media jornada con el móvil pegado a la oreja, discutiendo sobre tal o cual viga o ladrillo a poner, que si la cabronada del aparejador,.... Un albañil sin móvil, es un albañil afortunado: nada le interrumpe, trabaja tranquilo y rinde al máximo.


Ojalá vuelvan los buenos tiempos, pero los políticos, que nunca han trabajado de peón, encima nos amargan más la vida alargando la edad de la jubilación. Malos tiempos son para los albañiles.


Os dejo con algunos videos donde aparezco yo trabajando, y observar que el del pantalón blanco, camiseta azul, y sombrero rojo soy yo:





2 comentarios:

  1. claro que es una profesion,ya que el titulo esta en la memoria de cada uno,y que pasaria a la falta de ALBAÑILES?,por eso nos merecemos respeto y es un HONOR y gusto infinito ser MAESTRO ALBAÑIL!!!!!!,felicidades compañeros.

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  2. Pues amigo, si no fuera por los albañiles, creo que tendríamos que volver a vivir como en la época de los osos que se buscaban una gruta donde cubrirse. Saludos.

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