Para la realización de obras en hormigón armado, además de la
hormigonera para la preparación del material, se necesita
madera de encofrado y aceite de vaciado con la que untar la madera que tendrá
contacto con el hormigón y evitar así que se pegue. Este se pasa por las caras
interiores de la madera, para facilitar luego el desencofrado.
Para la instalación de un encofrado y su inmovilización
durante el secado del hormigón, es imprescindible la utilización de clavijas y
juntas de ajuste de albañil. Estos instrumentos, totalmente metálicos, se deben
colocar con una aplanadera. La aplanadera también le será útil para remover el
hormigón: se procederá cogiendo los lados del encofrado. La fabricación del
hormigón armado implica la inserción de jácenas (hierros) en el hormigón. Se
componen de hierros redondos, lisos o trefilados, de 3 a 40
mm de diámetro.
Para que sean eficaces, estas jácenas deben estar formadas
según la pieza a moldear. Usaremos una llave grifa para doblar y unas clavijas que retendrán
la jácena mientras se dobla.
Y para finalizar, un accesorio más que indispensable: un buen
serrucho para cortar la madera del encofrado, pero si se dispone de una mesa
con sierra para cortar, mejor. No hay que olvide un buen martillo y algunos clavos,
así como disponer de buenas tenazas y el alambre (fill-ferro en catalán) que se
considere necesario para la unión de las jácenas ( hierros ) que estarán dentro
del encofrado.
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ResponderEliminarGracias, a pesar de las pocas explicaciones dadas, aunque pienso que las fotografías ayudan a entender.
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