Las subidas de impuestos son siempre un engaño, un fraude y
un ataque contra el sentido común de los ciudadanos.
Según he podido saber, leyendo la prensa recientemente, que
un informe publicado por el colectivo de técnicos del ministerio de hacienda,
indica que las subidas del IVA y demás impuestos no han logrado las
recaudaciones que perseguía el gobierno, sino que más bien sólo ha logrado lo
contrario: al ser todo más caro por culpa de los impuestos, la gente consume
menos.
LA BELLA Y SIMPÁTICA MINISTRA ESPAÑOLA DE LA VIVIENDA, MARIA ANTONIA TRUJILLO |
Y es que la explicación es muy sencilla: cuanto más suben
los impuestos, más suben los productos y los servicios, con lo cual la capacidad
de gasto y de ahorro de los ciudadanos es menor, y esto hace que la economía
pierda aún más fuelle, se trabaje menos y el país quede cada vez más
empobrecido, consecuencia de esa presión fiscal.
Lo explicaré más claramente: supongamos que un particular
quiere poner gres en su garaje, no sólo para tenerlo más bonito, sino también
para tener más facilidad de limpiarlo y fregarlo, y supongamos que el albañil
le hace un presupuesto de 1000 euros por colocarle el gres. Hasta el año 2010,
que Zapatero subió el IVA del 16% al 18%, total que se tenía que pagar 1160
euros por los trabajos de hacer el pavimento de gres (16% de IVA), y con la
pretensión de ser bien legal en la factura, por si acaso alguna reclamación
pudiera surgir, y eso cuando todavía ese particular conservaba su empleo.
Pero ahora en 2013, por la misma obra, si fuera
completamente legal, ese particular tendría que pagar 1210 euros ( 50 euros
más), pero ahora es posible que en su empresa la hayan bajado el sueldo, o que
esté en el paro, pero aún así quiere tener su garaje con el gres ya puesto, que
le de las facilidades de limpiarlo y no tenerlo siempre cubierto de polvo
encima del suelo de hormigón. Pero viendo que el futuro es incierto sea porque
ahora está en paro, o porque en la empresa le han bajado el sueldo, se lo
piensa mejor, y aprovechando que hay tanta escasez de trabajo entre el colectivo
de albañiles, se planteará buscar algún albañil que por lo menos no le intente
hacer el IVA, que son 210 euros más, que ni siquiera se los queda el albañil,
vamos que no es difícil entender ese sentido común: ¿para qué me vas a cobrar
210 euros más, hombre, que no irán a parar a tu bolsillo, sino al bolsillo del
Sr. Rajoy?. Y el albañil no le queda más remedio que asentir, o la obra se lo
da para otro apurado que también tiene mucha necesidad de trabajo. Con lo cual,
el gobierno no sólo pierde los 160 euros que antes se quedaba por una factura
de 1000 euros, sino que tampoco logra recaudar esos otros 50 euros de más, que
era el objetivo recaudatorio de la subida (total, 210 euros, que ni siquiera
logra ingresar).
Hubiera habido otra posibilidad: que todos los albañiles
hubieran pretendido ser todo lo legal que se pretende ser, consiguiendo que al
final el particular de marcha atrás y considere que el garaje ya está bien, y
que realmente no necesita colocarse ese gres, por si acaso esos 1210 euros que
le costaría le hacen buena falta para gastos si en adelante se queda en paro y
no encuentra mientras tanto otro trabajo. Total, que por culpa de apretar el
tornillete de los impuestos, ni el albañil gana dinero, ni el gobierno recauda
lo que pretendía. Y naturalmente, cuanto más aprietan los impuestos, más se
hecha atrás la gente a la hora de hacer una inversión o comprar algo. ¿Es tan
complicado entender esto?.
Con lo cual la conclusión que se saca de todo esto es muy clara:
no siempre subir impuestos da como resultado aumentar la recaudación, sino
disminuirla, y para nada contribuye a crear empleo, ya que resta competitividad
al dejarlo todo más caro. Con lo cual subir impuestos es siempre malo, tanto
para los inversores, como para los trabajadores que necesitan tener el curro, y
por lo que se ve, los presidentes de gobierno, ministros de hacienda, y toda su
legión de asesores fiscales, son unos economistas muy malos, tanto para poder
cuadrar las cuentas matemáticamente, como para poder cuadrar lo que es el
sentido común. Los impuestos han sido y serán siempre, los peores enemigos,
tanto de los emprendedores, como de los trabajadores. Ese viejo país nuestro
necesita que cada día más gente tenga oportunidades de trabajar, y menos que se
le ahogue a impuestos. Y esto, ¿es tan complicado que lo pueda entender un
político?.
Y naturalmente que en la medida de lo posible si trabajas en negro, te ahorras el pago del IVA, el IRPF, y el mínimo de los 250 euros de autónomos para la S.S. (cantidad mayor si tienes que pagar a gente que trabaja para ti), dinero del cual primero sirve para pagar a los más improductivos y parasitarios del país (y encima tienen nómina vitalicia), que son los políticos y los funcionarios, y por otra parte, ¿para qué te sirve pagar cotizaciones, si cuando te jubiles no te devolverán ni la cuarta parte de lo que ya has pagado en toda tu vida?. La situación es que los impuestos son tremendamente injustos e injustificados, y los que pagan unos tontos; y para lo que se destinan, y al mismo tiempo el tremendo daño que hacen a la economía y al mundo laboral, estimulando todo tipo de fraudes y picaresca; y no deberían de existir dichos impuestos, que para lo que acaban siendo al final, ni son justos, ni es de sentido común que tengamos que soportar la susodicha codicia recaudatoria que al final cada día nos ha empobrecido y expoliado más.
Y naturalmente que en la medida de lo posible si trabajas en negro, te ahorras el pago del IVA, el IRPF, y el mínimo de los 250 euros de autónomos para la S.S. (cantidad mayor si tienes que pagar a gente que trabaja para ti), dinero del cual primero sirve para pagar a los más improductivos y parasitarios del país (y encima tienen nómina vitalicia), que son los políticos y los funcionarios, y por otra parte, ¿para qué te sirve pagar cotizaciones, si cuando te jubiles no te devolverán ni la cuarta parte de lo que ya has pagado en toda tu vida?. La situación es que los impuestos son tremendamente injustos e injustificados, y los que pagan unos tontos; y para lo que se destinan, y al mismo tiempo el tremendo daño que hacen a la economía y al mundo laboral, estimulando todo tipo de fraudes y picaresca; y no deberían de existir dichos impuestos, que para lo que acaban siendo al final, ni son justos, ni es de sentido común que tengamos que soportar la susodicha codicia recaudatoria que al final cada día nos ha empobrecido y expoliado más.
Y eso de que el presidente del gobierno Mariano Rajoy dijera
en su día que “el PP es un partido de currantes, no de pijos”. Será el partido de los ladrones, como los otros, porque no nos engañemos: en España, los impuestos en general, son un robo y un saqueo encubierto.
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