Los hay de visionarios, y aquí tengo tres ilustraciones
que me vienen al pelo. Los “expertos” recomiendan a los políticos que hay que
retrasar la edad de jubilación y recortar al máximo las pensiones. Y así nos
vemos: reumas por todas partes, los riñones casi a reventar de tantos lumbagos,
y aguantar cómo se pueda.
O sea que lo que quedamos de albañiles, tendremos que currar
hasta casi la víspera de caernos muertos. Y los jóvenes que son los que
tendrían que tener oportunidades de trabajo, se lo pasan bimba mirando las
obras desde la barrera. ¿No es algo completamente injusto?. En principio la
edad de jubilación anticipada eran los 60-61 años, luego los 65, ahora la
proyectan para los 67 años, y en Bruselas ya la empiezan a recomendar para los
70 años (y eso de que Alemania dice que las “recomendaciones” de Bruselas, son
“obligaciones”). Y esperad, que no tardaremos mucho en oír que pidan que nos
jubilemos para los 80 o hasta los 90 años. ¡Pobres albañiles!, y esos
políticos, tan sólo con haber calentado durante 7 años su cómodo escaño, ya
tienen derecho a la pensión máxima que pudiera haber en el país.
Por otra parte, hoy por hoy, tanto a jóvenes como jubilados,
les gusta acercarse a lo quedan de obras y ver cómo se desempeñan esos que todavía
tienen la suerte de formar parte del gremio activo del ladrillo, a pesar del
tremendo desempleo que azota al sector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario