Antiguamente el yeso se aplicaba como desinfectante en las
frecuencias heridas que uno se hacia en las obras. Por ejemplo, si se te
producía un pequeño corte y te sangraba la herida, la metías dentro del saco de
yeso, y al contacto con el yeso se cortaba el sangrado.
Hoy en día con los yesos se fabrican de otro modo y tienen
añadidos otros componentes químicos que llegan a producir alergias en la piel,
e incluso quemaduras. Ya se acabaron aquellos tiempos en que usabas la mano
para coger el yeso. Hoy en día, si se tiene una piel muy sensible, hay que
tomar las precauciones de evitar el contacto con el yeso y utilizar, por
ejemplo, unos guantes de goma.
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