Para la práctica de este oficio hay que poseer una serie
de herramientas fundamentales. Las herramientas son el alma de
esta profesión, sobre todo para los constructores, que son los albañiles.
Estas constituyen los instrumentos indispensables
para poner en práctica todas aquellas reglas y técnicas necesarias para
desempeñar bien el trabajo.
Así, el aprendizaje de las nociones de base de la albañilería
comporta la destreza manejo de las herramientas que se va adquiriendo con
muchos trabajos y práctica.
En algunos casos, se pueden alquilar (máquinas de un cierto
tamaño como la hormigonera, por ejemplo), pero para lo esencial de su
utillaje hay que disponer de herramientas de buena calidad que bien cuidadas y
manteniéndolas limpias, servirán durante muchos años.
Otra cosa es que seas un buen albañil, la empresa en la que
trabajes te valore mucho, y esté dispuesto a prestarte un vehículo a cargo de
la empresa para tus desplazamientos por las distintas obras en donde desempeñas
los distintos servicios constructivos.
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