La piedra es un material ideal para revestir suelos, donde su
belleza será valorada plenamente. Se presta perfectamente a este
empleo, en razón de su dureza y resistencia. De hecho, como material natural,
se integra muy bien en la decoración de un jardín, realzando un camino o
destacando la terraza del interior.
Los mismos antiguos romanos hicieron los
caminos o carreteras de su imperio a base de losas, para que fuera algo firme y
duradero, donde pudieran circular con toda rapidez las legiones, o las carretas
comerciales.
Sin poder dar una exposición exhaustiva de los diferentes
tipos de piedras losas, dada la gran diversidad de piedras señalaré que las
losas más conocidas más conocidas son las siguientes: los mármoles (calizas), las
pizarras, el gres, el granito, las cuarcitas, etc.
Elegir el material en
función del empleo al que está destinado y la región donde habita. Evitar, por
ejemplo, las piedras porosas como las calizas para el exterior, donde las
heladas pueden resquebrajarlas. Sin embargo hay algunas piedras calizas que no
se hielan, como la toba y que a veces puede ser una piedra artificial fabricada
a base de arcilla cerámica.
Algunas de estas piedras no se deben colocar en
lugares de paso frecuente porque son resbaladizas cuando están mojadas.
Pensar en el color de la piedra que debe armonizar con la
fachada de la casa.
Es mejor escoger la piedra de la región ya que con ello se
tiene mucho a ganar, y porque traerla de afuera puede hacer que que el coste de
transporte aumente el precio del material.
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