Los ladrillos de tierra cocida se comenzaron a utilizar como
material de construcción desde la antigüedad, partiendo del barro y luego
poniéndolos a secar al sol o en hornos.
La posibilidad de moler la arcilla para formar los ladrillos
de forma geométrica regular, ha permitido disponer de los materiales que
sustituyen a la piedra.
Hoy en día, la tierra
cocida tratada industrialmente es un producto muy aceptado por su facilidad de
instalación, su bello aspecto de cara vista, y su precio más accesible en
comparación al resto de los materiales pétreos.
La multitud de posibilidades de elaboración de
la pasta de arcilla permite la fabricación de muchas variedades de ladrillos:
macizos, huecos, adobes, bloques, etc. Además, cada familia de ladrillos
comporta diversas diferencias en tamaño y formas diversas, adaptadas a las
diferentes exigencias de la construcción.
Ya el uso de materiales de tierra cocida, está considerada como una de las formas de contrucción más ecológicas que se conocen.
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