El tanto el yeso de modelar como el de construcción se
presenta en sacos de unos 20 kilos . Como el cemento y la cal, el yeso es muy
sensible a la humedad del agua y a la del aire.
Si el yeso pastado se humedece y se remueve reiteradas veces, se
convierte en “yeso muerto”, del cual se aprovecha la parte superior (ya que la
inferior sedimenta), para utilizarlo en el acabado final del enlucido dejando
su superficie mucho más fina y cogida con el propio yeso ahí extendido.
Ese “yeso muerto”, que es muy fino, depositado en gaveta o
capazo, no se seca, y es muy fino. Ya los yeseros, algunos trabajan a máquina
que extienden en las paredes con una manguera a presión, y luego con las llanas
reparten y dejan el yeso uniforme por las paredes, para pasar a la fase final
de añadir el “yeso muerto” (fino).
Para conservar los sacos de yeso hay que dejarlos en un lugar seco y no
ponerlos en contacto con el suelo: colocarlo sobre un palet, para permitir una
buena circulación del aire y evitar todo contacto con la humedad tapándolo con
plástico impermeable.
Por otro lado, es conveniente cerrar bien los sacos
empezados, ya que si no se gastan, van perdiendo propiedades, tanto de dureza,
como su tardado posterior en secarse.
También cabe decir que para el enrayolado o alicatado de
azulejos en paredes enyesadas, existe la variedad del cemento-cola-yeso, que es
como un tipo de pegoland adaptado y de mayor adherencia en las superficies
enyesadas, que al igual que el propio yeso, suele ser de color banco.
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