La albañilería es un trabajo de precisión. Un error en la
primera piedra y todo el edificio corre el riesgo de asumir las consecuencias.
Antes de comenzar a poner la primera piedra, hay que
determinar exactamente la posición de la pared a levantar y el eje según el
cual se alzará.
Se utilizará un metro plegable o una cinta métrica, una regla
metálica de 30 cm
de largo, una regla de madera o de metal de 2 ó 3 m , y un capazo con yeso o cal para en marcado en el suelo, o bien un tiralíneas.
De debe procurar también también un cordel como ya he indicado antes y un lápiz (un
lápiz de carpintero servirá) para el trazado.
Se necesitará además un nivel, que será muy útil en la
realización del trabajo: permite definir con exactitud lo diferentes niveles
del suelo y corregir la altura.
Durante la construcción de una pared o la realización de un
adoquinado, habrá que vigilar constantemente la horizontalidad y verticalidad
de la obra.
La plomada y el nivel de burbuja son, al respecto, los instrumentos
básicos del albañil para estos menesteres, aunque actualmente ya se dispone de una herramienta mucho más moderna: el nivel láser, que igual hace funciones de anivelado como de aplomado.
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