Generalmente las piedras vienen cortadas y con la forma dada
desde la fábrica, y el principio se basa en el mismo del alicatado de azulejos.
Muchos habréis visto, por ejemplo, que las fachadas de entidades bancarias
están aplacadas con piedras, por lo llamativo y decorativo que ello resulta,
añadiendo valor y belleza a la fachada.
Si bien, en paredes sin revocar la capa de mortero uniforme,
se pueden aplacar las piedras con mortero (que previamente hay que tener bien
limpias y mojadas, tanto paredes, como piedras, para evitar que rechupen el
agua del mortero y a ese efecto se seque antes y quede peor agarrado. Tanto en
la pared, como en la piedra, hay que poner el mortero muy apretado, ya que por
ese sistema es muy fácil el desprendimiento, sobretodo si la superficie de
tanto la pared como la piedra a aplacar no son bastante bastas.
Y naturalmente, cuando más lisa la superficie, tanto de la pared como de la piedra, más complicado que se produzca un agarre fuerte. Esa capa de mortero entre piedra y pared ha de ser más o menos de entre 2,5 y 1,5 cms, con margen suficiente para que cubran las irregularidades de la pared no revocada con la capa de mortero uniforme. Ese era el sistema de hacerlo antes de que apareciera el pegoland en circulación, como igualmente antes los azulejos también se aplacaban con mortero.
Una vez colocada la piedra, se
acopla bien a plomo y nivelado, a fuerza de dar golpes con una maceta de goma,
y con el suficiente tiempo, ya que cuando el mortero empieza a fraguar es
complicado que se mueva, o por lo menos se corre el riesgo de que se despegue,
por la cual cosa requiere una cierta rapidez en su colocación.
Y naturalmente, cuando más lisa la superficie, tanto de la pared como de la piedra, más complicado que se produzca un agarre fuerte. Esa capa de mortero entre piedra y pared ha de ser más o menos de entre 2,5 y 1,5 cms, con margen suficiente para que cubran las irregularidades de la pared no revocada con la capa de mortero uniforme. Ese era el sistema de hacerlo antes de que apareciera el pegoland en circulación, como igualmente antes los azulejos también se aplacaban con mortero.
La otra forma, de mejor colocación y más acorde con los
tiempos actuales, consiste en reglesar la pared con unas aristas (arestas, en
catalán) maestras a plomo, que después de llenar dicha pared con mortero y
haber pasado la regla entre las aristas, forma una superficie uniforme y plana
que servirá para aplacar las piedras con pegoland.
Ya entonces se puede añadir
pegoland a la pared, extendiéndolo con una llana dentada, y poner unos topes de
pegoland bien agarrados a la piedra, para ponerla aplacada a la pared bien
anivelada y aplomada (auxiliándose con unos calzes de cuña o palillos), piedra
tras piedra, cortando con radial lo que haga falta, hasta dejar todo acabado y completado, para
luego pasar a la fase del rejuntado de las piedras con un cemento de rejuntar
para la ocasión, con un pincel que haga penetrar bien adentro la lechada de
cemento líquido por la junta, o bien empleando una llana de goma haciendo que
el cemento de rejuntar penetre bien a fondo en la junta, para posteriormente
limpiarlo con una esponja, trapo o esparto.
Otro tema es que en las piedras se le hagan agujeros con
taladro para clavar alambres o hierros que hagan de mayor arrague entre la
piedra y el pegoland cogido a la pared, así como ciertas mallas o redes
reforzantes, ya que el principal problema de los aplacados es el despegue de
las piedras, con todo lo de antiestético y chapucero que representa cada vez
que una piedra se despega por acción del deterioro del material y la
intemperie.
Hola! Me ha gustado mucho el post. Me gustaría preguntar quién es el arquitecto y algo más de información de la primera foto que aparece en este post, si es posible. Me ha gustado la solución del aparejo del aplacado Un gran trabajo!
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