La cimentación y saneamiento, es lo primero de todo: hacer las zanjas, rellenarlos de hormigón, así como distribuir los tubos del agua, desagües, los sumideros, sifones, arquetas, etc..., y lo que tiene que terminar en la cloaca. Cuando se hacen los encofrados, hacerlo de forma planificada, evitará perder tiempo en picar y hacer agujeros. Seguramente como los cimientos deberán de aguantar todo el peso y estructura de la vivienda, pero antes tendrá que venir el arquitecto a comprobarlo, antes de poner la lechada de hormigón, sea hecha manualmente con hormigonera, o procedente de un camión-cuba que ha venido desde una planta de hormigón.. No sea que la casa se hunda por exceso de peso, o que un terremoto la mueva, o la esquerde. Aunque cabe decir que los arquitectos en esto son exagerados: normalmente exigen que sean como mínimo tres o cinco veces lo que realmente puede soportar la construcción (lo que supone más gasto de material, pero es así, ya que esa es la manera que tienen de garantizarse de no tener que ir a los tribunales en caso de algún lío). Los albañiles veteranos tampoco son tan tontos en escoger la cantidad suficiente de material, y antaño muchísimos se construían su propia vivienda sin aparejadores, y de modo totalmente manual, siguiendo su propia institución y experiencia, y eso quiere decir, escoger también la adecuada economía, no gastando más de lo innecesario.
Conviene dejar bien vibradas las lechadas de hormigón, eso garantiza una masa compacta y sólida, y el vibrador no es nada costoso en comparación a los beneficios que aporta en los encofrados de hormigón., sean pilares, losas, voladizos, forjados, muros, etc... Todo esto es, digamos, como el esqueleto sostenedor del edifico que queremos construir. Y a partir de aquí, todo lo demás que construyamos irá acoplado a la estructura en si.
Terminada la fase de las estructuras, con sus encofrados y apuntalados, que se deben de desmontar a su debido tiempo, pasamos a hacer las paredes exteriores, es decir, el ladrillo básico, al cual le aplicaremos diversos tipos de aislamiento. En eso me refiero sobre el enladrillado exterior y de las paredes maestras, y la construcción de los tabiques. Para eso cabe decir que una buena solución en las paredes que dan al exterior es ponerle una capa de poliéster, y otra de la llamada lana de vidrio (nada de ver con la fibra de vidrio) mucho más barata, que aíslen de las temperaturas y de los ruidos. Lo que nos lleva a la construcción de los tejados, una de las más duras, ya que tienes que estar prácticamente todo el día trabajando con las piernas dobladas, soportando los dolores de espalda por tenerla constantemente corvada, la intemperie del frío, calor, lluvia, o viento,...en la construcción de las chimeneas y la colocación de los canales y las tejas, así como su limpiado final, que dará paso a la colocación de la bandera, que indica que la cubierta ya está terminada. Con esa bandera puesta, indirectamente indica dos cosas: una la facilidad del banco en concederte el préstamo, y si el propietario lo desea, la tradición catalana de invitar a una comida a los ejecutores de la obra. Al llegar a la segunda fase, al ser más extensa en detalles, suele ir más lenta en lo de ver el avance de la obra.
Hay que tener presente que ahora te obligan a poner un sistema de ventilación (siempre salen nuevas normativas, que lo encaren todo), por lo que es importante no dejar escapar ese detalle, que seguramente muchos veteranos albañiles ignoran, así como muchas otras cosas nuevas que han aparecido. Espero poder hablar con más detalle otro día sobre esas dichosas normas que nos joden y nos confunden a todos los buenos albañiles.
De los baños, voy a decir que la elección de la rayola o azulejo es lo de menos, pues hay para todos los precios, muchas veces las caras son de mala calidad, y existen de baratas de una gran calidad y duración. En eso hay que fijarse en la dureza de la rayola, golpeándola, notando un ruido en seco, y ver hasta que punto se rompe. Es otro de los detalles que os puede permitir ahorrar dinero a la hora de elegir rayolas, que las hay para todos los precios y marcas, con unas diferencias muy sensibles. Los alicatados y los enrayolados podrían cederse a autónomos, que podrían facturar más barato, por lo que lo aconsejable sería pedirle al constructor que no lo cuente en el presupuesto, para buscarse el colocador más barato, que ahora en tiempos de crisis nos puede salir bastante barato.
Y mientras nos construimos una casa, que se supone que ha de ser para toda la vida, convendría tener presente que cualquier día vamos a llegar a viejos, y ya que estamos de obras, nos hemos de plantear si ponemos o no ascensor. Yo creo que lo mejor es poner montacargas, que es como una plataforma que te sube, aclopada a unos raíles-piñones en vertical. Aparte que pueden ser la mitad de baratos o menos, que los ascensores. Por otra parte, la normativa exige obligatoriamente mantenimiento y revisión para los ascensores por parte de personal técnico cualificado y oficialmente reconocido, que a la larga por el coste mensual de ello, supone un lujo caro, que de eso ya lo saben sobradamente las comunidades de pisos con ascensores. Eso explica que una empresa de ascensores como Zardoya-Otis, siempre esté presente en las cotizaciones del parquet bursátil, revalorizándose o manteniéndose, aunque una crisis tenga parada temporalmente el sector de la construcción. Mientras que los montacargas no tienen esa obligación (de momento). La diferencia estriba en que los montacargas son mas lentos, y que los ascensores son como una cabina que sube y baja y te protege por los cuatro costados, cosa que en el caso de los montacargas tiene una sencilla solución, haciendo soldar algunos hierros envolventes en el perímetro con rejillas de protección incorporadas. Por eso en este caso también conviene informarse bien.