EL SPRAY DE ESPUMA DE POLIURETANO

Como es sabido, cada vez salen al mercado nuevos materiales para usos de la construcción. Uno de los más prácticos y aplicados por los “currantes chapuzas” de nuestro gremio (y de otros gremios, como por ejemplo los colocadores de puertas y ventanas de aluminio o plástico de PVC), es el uso de famoso spray de espuma de poliuretano, que extendiéndolo y proyectándolo con un tubito pequeño a la grieta o agujerillo, se hecha en estado líquido cuando se aprieta el spray, y luego por si solo se va expandiendo y tomando volumen como una espuman amarilla hasta solidificarse y con ello tapar y dejando sellados todos los huecos que pueden ser de entre bastimentos de puertas o ventanas en pared, de remates en cubiertas de tejados, de tapar grietas, de rellenado en bajos huecos del plato de ducha o de la bañera para dejar un espacio solidificado, e incluso para tapar posibles fugas de tubos con pequeñas grietas, etc… O sea, la solución milagrosa en multitud de problemas constructivos. Es como la espuma de afeitar, primero agitar, y luego aplicar, aunque os aviso que tengáis cuidado que no es demasiado bueno el contacto con la piel de ese producto químico, que además es muy pegajoso y difícil de eliminar una vez se queda pegado a la piel, con lo cual le impide respirar en sus poros y la deja irritada, e igual aviso os hago con vuestra ropa, ya que una pequeña mancha de este producto cuesta mucho limpiarla, y a veces ni esto último se logra. Por eso los técnicos del proyectado de paredes y suelos con mangueras que chorrean espuma de poliuretano suelen llevar unos trajes unas protecciones especiales, ya que igualmente el respirado de ese producto causa gran toxicidad e irritación en las vías respiratorias que podría conllevar un grave problema de salud al respirar las pequeñas partículas de ese producto químico.

Ahora bien, aunque facilita mucho las cosas y las resuelve de manera temporal, personalmente no recomiendo su uso de esa milagrosa espuma de poliuretano por spray en los remiendos, y en su lugar se debe de poner el típico material de obra propiamente dicho, básicamente mortero de Pórtland, o cemento rápido (no recomiendo un mortero de cal, porque el contacto según con qué material, la cal tiene un gran poder corrosivo).

Hay que saber que la espuma de poliuretano es muy sensible a los rayos ultravioleta de la luz solar (que aunque os parezca mentira, también atraviesa las paredes). Es un material que en unos meses de exposición a las agresiones del medio ambiente, va perdiendo sus propiedades, volviéndose muy frágil y de fácil rotura, de modo que se desprende de donde está pegado y pequeños trocitos, perdiendo su densidad y consistencia, lo que hace que facilite el paso a las humedades. Si habéis visto las fachadas de las partes traseras de algún edificio proyectado de espuma de poliuretano para su aislamiento térmico y acústico, habréis visto que con el tiempo va perdiendo color llegando a tomar una tonalidad más deteriorada, más frágil, menos consistente, que parece que se quiera desprenderse, y con solo rozarla con las uñas de las manos, salta fácilmente, y eso es porque con el contacto al sol, los mismos rayos ultravioletas debilitan el material. También con el paso del tiempo va mermando su volumen, es decir que se encoge, como cierta ropa de mala calidad cuando es lavada. Además hay que saber que es un material bastante tóxico, que cuando arde es muchísimo más tóxico, y además es bastante combustible que cuando hay un incendio, arde con toda facilidad.. Por eso no es un material recomendable a aplicar en la construcción, aunque sea la respuesta a las oraciones de los chapucillas que quieren reparaciones rápidas y fáciles. Claro que cuando se proyecta en suelos y paredes, luego suele protegerse tapándolo con otra capa de material de obra.

Me acuerdo de una vez que me comentaron que hace unos pocos años en plena época del “boom” de la construcción en la que se construía rápido y se vendía al instante, de una cuadrilla de albañiles marroquíes que hicieron una cubierta de tejados, y que fue tan rápido, que la unión entre tejas sólo lo hacían aplicando dando puntitos de poliuretano con el spray, en vez de con mortero de abundante cal, para unir las piezas. ¡Muy rápido, sí señor!, pero se supone que ese material ahora ya se habrá desintegrado, y más teniendo en cuenta que los tejados son una de las partes de la vivienda que más sufren las agresiones medioambientales, con lo cual bastará un simple vendaval para que las tejas se desprendan y salgan volando.

O sea que si queréis dejar una construcción de calidad, ya os podéis ir olvidando del spray de espuma de poliuretano, y utilizad el material básico de siempre, sobretodo el mortero de Pórtland o el cemento rápido, que son siempre materiales de muy difícil deterioro.