Cuando pienso en aquellos tiempos de la bonanza constructora
en que había una gran escasez de materiales que no podía abastecer a tiempo el
mercado, debido a la gran cantidad de obras que habían, que hasta se subía el
precio llegando a más que duplicarse en muy poco tiempo el precio del ladrillo
en un solo año, y hasta había problemas para que los camiones llevaran a la
obra los palets de cemento portland.
Los jefes llamando a los almacenes de
materiales para que les trajeran lo que necesitaban, y a veces no sólo no se
presentaban a la hora que debían, sino que además pasaban tres o cuatro días
sin que llevaran el material, e incluso a veces como la mitad del pedido,
porque los almacenes se vaciaban enseguida y los fabricantes no daban abasto en
fabricar a todo trapo lo que demandaba el mercado de la construcción.
Era complicado conseguir el material, pero como en todo en la vida, habían los favoritismos, y los empresarios constructores en aquellos “felices años” muchas veces invitaban en sus fiestas de albañiles que celebraban cualquier cosa: la puesta de la bandera, la fiesta de San Antonio (el santo de los albañiles), o simplemente el cumpleaños del jefe, invitando a los jefes de los mozos de almacén, o a los habituales camioneros transportistas del material, con el objeto de ser atendidos primeros, ya que algunos incluso tenían una enorme grúa en el camión, que te dejaba el material en el lugar de la obra que tú les decías, y sin necesidad de grúa en la obra, ya que incluso las grúas no llegaban a todas las obras, de la gran cantidad de obras que habían.
Era complicado conseguir el material, pero como en todo en la vida, habían los favoritismos, y los empresarios constructores en aquellos “felices años” muchas veces invitaban en sus fiestas de albañiles que celebraban cualquier cosa: la puesta de la bandera, la fiesta de San Antonio (el santo de los albañiles), o simplemente el cumpleaños del jefe, invitando a los jefes de los mozos de almacén, o a los habituales camioneros transportistas del material, con el objeto de ser atendidos primeros, ya que algunos incluso tenían una enorme grúa en el camión, que te dejaba el material en el lugar de la obra que tú les decías, y sin necesidad de grúa en la obra, ya que incluso las grúas no llegaban a todas las obras, de la gran cantidad de obras que habían.
Yo ya les
decía a los jefes: “los planes se tienen que hacer con semanas de antelación, y
los materiales tenerlos ya en la obra semanas antes de colocarlo o gastarlo”,
para así evitar los problemas de abastecimiento en su justo momento, pero ellos
se excusaban que hay que tenerlo en el momento de gastarlo, para evitar los
robos.
Exactamente igual como les decía en las obras: “no quiero que se me
digan los planes de cada paso sobre la marcha, sino que los quiero conocer con
semanas de anticipación", ya que así se está mejor mentalizado, y fluyen mejor
las ideas para organizarse en todo de la mejor manera, que es la manera de ir
más rápido, de producir más y mejor, en el menor tiempo posible.
Y ya a partir del año
2004, cuando Zapatero había ganado las elecciones gracias a un atentado
terrorista en Madrid de última hora que creó tanta confusión en las
informaciones, que hizo que buena parte del electorado se decantará en sentido
contrario a lo que indicaban las encuestas, y fue ya cuando se empezó a notar
con fuerza que los precios de los metales empezaron a dispararse: cobre,
aluminio, y especialmente el acero, muy utilizado en la construcción para los
armados de hormigón, que subió incluso hasta el 50%, debido al apetito voraz de
los chinos en construir, que absorbía las existencias del mercado.
Ese apetito
voraz de los chinos que cada día reclamaban más petróleo, hizo que desde el
inicio de la guerra con Irak, tras el asalto a las Torres Gemelas neoyorkinas,
el petróleo no parara de subir año tras año hasta llegar a 2008 (coincidiendo
en la reelección de Zapatero), que hizo que justo en la víspera del estallido
de la burbuja financiera-inmobiliaria, los camioneros decidieron hacer una gran
huelga para protestar contra la continuada subida del precio de los
carburantes, que les dejaba cada vez menos márgenes de beneficios. Pero los
precios de los carburantes empezarían a bajar muy sensiblemente, debido a que
el efecto dominó del estallido de la burbuja financiero-inmobiliaria hizo que
de repente se paralizarán las obras, ya que de golpe empezaron a cerrarse los
grifos de liquidez monetaria de los bancos y cajas de ahorros que financiaban
las obras.
Y como dice el proverbio francés “Quant le bâtiment va, tout va”
(cuando la construcción marcha, todo marcha), y al dejar de marchar la
construcción, afectó mucho al resto de los sectores, cosa que hizo que no sólo
bajara el precio de los carburantes al no poder absorber el ritmo de consumo de
petróleo, sino que además los transportistas se encontraron que cada día tenían
menos a transportar. Entonces los primeros albañiles autónomos o de
subcontratas afectados por la crisis buscaban trabajo en las otras
constructoras que todavía aguantaban y construían, empezando a ofrecerse por
menor precio, y afectados especialmente por los chinos que tanto daño habían
hecho en cuanto se refiere a la enorme subida del precio de los metales y del
carburante, y no sólo por causa de la subida de las materias primas, sino
además porque las grandes constructoras españolas importaban mano de obra china,
como el caso de Sacyr-Vallehermoso del presidente del club de fútbol madrileño
Luis del Rivero, en especial para obras de encofrados de estructuras y
colocación de obra vista, a un precio muchas veces por un tercio o una cuarta
parte del precio que facturaba un albañil local, en construcción de pisos que
por lo que vi en mi propio pueblo, la empresa del jefe del Real Madrid Fútbol
Club apenas no daba trabajo a ningún albañil local y sólo empleaba inmigrantes,
en especial los chinos.
Y por si eso fuera poco, incluso se importaban de china
piedras de las gordas de aplacar fachadas y otros materiales de construcción a
precios inferiores a los de los españoles, grandes productores de materiales de
construcción. Y como si no hubiera bastante para dañar la economía nacional por
su principal motor, el sector de la construcción, los chinos entraban por el
levante, y empezaron a inundar de sus productos chinos, no sólo lo que venden
en sus tiendas y grandes supermercados al estilo de “todo a un euro”, sino que
además se hacían construir restaurantes en todos los principales pueblos y
ciudades españoles, y además con muchas facilidades por parte de las autoridades
españolas: “aquí no te hacemos pagar impuestos en los primeros años, a cambio
del mismo trato con los empresarios españoles en China”, pero cuando casi se
acaba ese plazo, la misma empresa de chinos cambia de nombre y se instala en
otro lugar, pero son los mismos. Cosas de la globalización y del libre mercado,
tan tolerada por los políticos, aunque fuera a costa de dañar muy gravemente la
economía y el empleo nacional.
La crisis ya había aparecido con fuerza, y desde el
estallido de la burbuja, ya no se abastecía al frenético ritmo de entonces:
empezaron a acumularse los stocks de materiales de construcción, y encima con
la competencia de los chinos que venden barato cualquier cosa que copian (
sobretodo muchas veces con muy mala calidad, y con la información sobre su
calidad, especificaciones, características técnicas, y cumplimientos de
normativas escritas en chino, que naturalmente nadie entiende). Ahora en los
grandes almacenes que todavía no han cerrado por la crisis, hay tanto stocks de
materiales que no salen, que se venden baratísimos para cualquiera que sepa
buscarlos, verlos y compararlos, para querer hacerse una obra. Y lo que es de
más: ahora los camioneros, sean para traerte el material, o la cuba de
hormigón, vienen puntualísimos, y ofreciendo mejor servicio (ya que pincha la
motivación de conservar el empleo, muy incierto en los tiempos que corremos):
son las ventajas de la crisis.
No obstante, veo que me he desviado del tema, ya que quería
tratar sobre los nuevos materiales. A pesar de la escasez de abastecimiento y
los retrasos de los camioneros en la época de la bonanza, y la comercialización
de nuevos materiales, como pudimos ver en las distintas variedades de, por
ejemplo, los cemento-cola, en la construcción lo básico es lo de siempre:
ladrillo y cemento. A pesar de los nuevos materiales para construir y los
delirios de los arquitectos de soñar cualquier cosa, los materiales básicos de
la construcción son los de siempre: los procedentes de la madre tierra: la
piedra, el ladrillo y el cemento: todo lo básico conjuntamente, que ya lo ha
sido desde hace siglos y desde hace décadas, a pesar de los nuevos
materiales. ¿La razón de esto?, porque
por decirlo de alguna manera, las viviendas también necesitan “respirar”, y
esos son materiales transpirables, y no sólo eso, sino por sus propiedades
aislantes y térmicas, muy distintas del cristal, el plástico, el metal, etc….,
esos últimos el delirio y muchas veces la gran chapuza de arquitectos que
sueñan más que no tener los pies tocando el suelo.
Ahora un nuevo material emerge: el grafeno, el
'plástico' del futuro irrumpe en el mercado, tal como lo he visto en la revista
digital “El Economista” y que más o menos informa: "Este derivado del grafito es el único material
que sólo tiene dos dimensiones, ya que está formado por una capa de un átomo de
grosor, pero que resulta 200 veces más resistente que el acero, siendo además el material más elástico que se
conoce. Al mismo tiempo es un excelente conductor del calor y la electricidad,
un 230 por ciento más rápido que el silicio y además impermeable.
Con todo este
abanico de cualidades -y las que se siguen descubriendo día a día- no extraña
que el grafeno se haya convertido en el material del futuro para una gran
multitud de industrias". Si hay quienes quieren invertir en Bolsa,
observen si en los “Blue Chips” encuentran a algún posible fabricante de
grafeno, porque si las cosas van a ir como se preveen, no cabe duda que las
acciones de empresas que se dediquen a eso verán subir su valor como la espuma.
Y al igual como el grafeno, también hay otros nuevos y prometedores materiales
que interrumpirán en nuestras vidas.
LOS FÍSICOS RUSOS ANDRE GEIM
Y KONSTANTIN
NOVOSELOV, DESCUBRIDORES
E INVESTIGADORES DEL GRAFENO
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Cuanto más leo y veo sobre ello, más me da
la impresión de que nos espera un futuro realmente sorprendente y sobretodo
mucho mejor que los materiales que tenemos hoy en día, que ya me hace recordar
aquellas escenas de ciencia-ficción de “La Guerra de las Galaxias”, en la
construcción de “La Estrella de la Muerte”, que seguramente que debía de
hacerse con los materiales adecuados para la época en la que imaginaron la
famosa saga galáctica.
En
los últimos años se ha oído repetidas veces hablar de “domótica”, algo que a
muchos albañiles nos sigue sonando raro, pero que se trata más o menos de
aprovechar las aplicaciones de la informática, la telefonía, etc.… en los usos
de la vivienda, como si se pudiera programar cada cosa: la nevera, la
calefacción, el consumo de la luz, la alarma, etc…, y que esas cosas de la casa
se pudieran controlar desde un teléfono móvil, o desde internet. Como si desde
la distancia o desde casa misma se pudiera controlar lo de cada habitación,
fuera el baño con bañeras de hidromasaje controlando la temperatura, el
gimnasio, la cocina, el dormitorio, el cuarto de los niños, el garaje, la
bodega, etc…..
Pero en los últimos años hemos visto que la evolución de los
ordenadores ha dado paso a las tablets, y la de los móviles, a los smartphones,
con los dos con cada vez más aplicaciones para cada caso, con lo que lo de la
idea de la “domótica”, de la “vivienda inteligente”, se va quedando obsoleta y
caduca en poco tiempo. Y ahora ya se habla del invento del grafeno, que
seguramente empezará por tener utilidades en aplicaciones informáticas o
telemáticas, pero quizás también aplicaciones en el ámbito de la construcción.
¿Aplicaciones
en sentido “domótico” del grafeno?. Pues creo que las viviendas se seguirán
haciendo con los típicos y tradicionales materiales de siempre, derivados de la
tierra (piedras, ladrillos y cemento, por no incluir cales o yesos, además), y
eso se parecerá cada vez más a como se vio en la película que interpretó Tom
Cruise “Minority report”, en la que con unos gestos de la mano, se maneja una
supuesta pantalla bastante transparente (la transparencia que tiene el grafeno)
para administrar utilidades informático-telemáticas, en esa sociedad futura de
la super-información a la que inevitablemente nos adentramos.
¿Recordáis que
primero aparecieron las teles planas de plasma o LCD?, y luego esos televisores
pasaron a ser cada día más delgados, ya con la conexión digital terrestre
incorporada, y ahora ya los hay de tecnología LED, con utilidades para el uso
de internet, e incluso con pantallas táctiles o sensores programados que captan
el movimiento de las manos como se vio en la película “Minority report”, o hasta
utilizando la voz.
Dentro de poco las viviendas tendrán colgadas en las
paredes, como si fueran un póster de papel o una cartulina, distintas piezas de
grafeno, que ejercerán las funciones de televisores o como monitores de
ordenador, con aplicaciones distintas y programados para cada necesidad del
particular de la casa. Ese es el uso que le veo con ese nuevo material, el
grafeno, que tendrá variedad de usos, y para colocarlo en cualquier parte de la
vivienda para cualquiera de sus utilidades que esté pensado y programado. Pero
esto ya es ciencia ficción y ese futuro que ya tenemos a la puerta de la
esquina, y que inevitablemente va a revolucionar nuestro modelo de vida.
Esos
descubrimientos son muy bien venidos y facilitan mucho la vida, pero no os preocupéis,
en la vivienda, si tiene que ser tal como tiene que ser: un espacio habitable y
sano, se seguirá haciendo con los tradicionales materiales de siempre, que son
también los que más se adapta el ser humano. Quien quiera una casa de plástico,
como una roulette, una casa de metal como si fuera el interior de un avión, o
una casa de cristal como si fuera un invernadero, ese es ya otro tema.
Os
dejo aquí con la noticia sobre ese nuevo material que publicó ayer la revista
digital “EL ECONOMISTA”, y que me ha inspirado para escribir la entrada de hoy:
GRAFENO, EL 'PLÁSTICO'DEL FUTURO IRRUMPE EN EL MERCADO
Grafeno, el 'plástico' del futuro irrumpe en el mercado
Los expertos advierten de que el grafeno podría cambiar el mundo en los próximos años. Es flexible, resistente, conductor de energía... Tiene tantas propiedades que podría aplicarse en multitud de industrias. Aunque todavía está en fase de investigación y desarrollo, muchos inversores ya se están posicionando.
U n material de ciencia ficción, que puede convertir en plegables los teléfonos. Invertir en las empresas que lo producen es una alternativa con riesgo, pero también está la vía de quienes desarrollan patentes. La Historia se escribe con grandes descubrimientos, que aumentan exponencialmente las posibilidades tecnológicas al alcance del ser humano. Saltos que no son cuantitativos, sino cualitativos, y que suponen un auténtico cambio en muchos aspectos de la vida. Todavía no se conocen todas las propiedades del grafeno pero, sobre el papel, tiene todas las posibilidades de convertirse en una auténtica revolución mundial. Sus propiedades se asemejan más a una materia de ciencia ficción, pero ya se sabe lo que ocurre muchas veces con la realidad...
¿Cuáles son sus propiedades?
Este derivado del grafito es el único material que sólo tiene dos dimensiones, ya que está formado por una capa de un átomo de grosor, pero que resulta 200 veces más resistente que el acero, siendo además el material más elástico que se conoce. Al mismo tiempo es un excelente conductor del calor y la electricidad, un 230 por ciento más rápido que el silicio y además impermeable. Con todo este abanico de cualidades -y las que se siguen descubriendo día a día- no extraña que el grafeno se haya convertido en el material del futuro para una gran multitud de industrias, lo que le hace capaz de generar una revolución mundial que muchos comparan con la que supuso el plástico en su momento. Y, por supuesto, también está captando la atención de los inversores."Tiene el potencial para generar la segunda revolución industrial de esta década", explica Gary Economo, presidente y CEO de Focus Graphite, una de las compañías más avanzadas de este nuevo nicho de mercado.
Sus aplicaciones prácticas van desde dispositivos portátiles y flexibles hasta conductores de energía, como puede ser en las baterías de litio (las que tienen los móviles, por ejemplo), que están tomando un fuerte auge. Además cuenta con aplicaciones para la industria armamentística, gracias a su gran resistencia, y para las centrales nucleares, dentro del circuito de refrigeración. Entre los ejemplos de ciencia ficción aparecen los teléfonos móviles flexibles cuya pantalla se puede doblar y estirar, o el papel electrónico irrompible. Ante estas posibilidades que ofrece el grafeno, muchas empresas se están lanzando a patentar sus descubrimientos con el fin de poder explotarlos en el futuro.
El grafeno se produce a partir del mineral de grafito, aunque tiene que tener una estructura específica, ya que se necesitan capas conocidas como flake, que consiste en grandes láminas de este material. El problema es que la industria todavía no tiene la tecnología para producir grafeno en grandes cantidades, por lo que la investigación todavía tiene que seguir su curso. "El grafeno empezará a explotar cuando se genere un método de producción en escala", explica Fernández. "Firmas como Focus Graphite han anunciado que ya han descubierto una forma para producirlo a gran escala", indica el analista.
Como no podía ser de otra manera, el gran descubrimiento, obra de los físicos rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov, fue galardonado con el Premio Nobel en el año 2010. "El grafeno tiene el potencial de revolucionar muchos aspectos de nuestra vida al mismo tiempo", explicaba uno de sus padres del nuevo material, Novoselov. En ese momento comenzó a popularizarse este nuevo material obtenido a partir del grafito, que hoy día mueve millones de euros en todo el mundo dedicados a la investigación, tanto a nivel privado como con apoyo de las instituciones públicas.
La última gran apuesta por el grafeno la ha realizado la Unión Europea, concediendo una beca de mil millones de euros y por un periodo de diez años al Proyecto Insignia sobre el grafeno (Graphene Flagship), en uno de los mayores proyectos de I+D jamás aprobados y que refleja la confianza de las autoridades en el material.
Dos caminos de inversión
El crecimiento exponencial de las patentes sobre los nuevos descubrimientos en el grafeno sitúa a un buen puñado de empresas en una posición ventajosa para aprovechar el potencial de futuro de este material. Grandes multinacionales como Samsung, IBM, Nokia y SanDisk son pioneras en la investigación con este derivado del mineral ya citado y se sitúan en los puestos de cabeza para aprovechar todo su potencial.
Estas empresas más diversificadas realizan una apuesta a medio y largo plazo por el nuevo material, por lo que se necesitarán años hasta que el grafeno sea una parte importante de su actividad. A día de hoy, la parte de su negocio que supone el grafeno es mínima, por lo que el inversor que quiera una apuesta directa en este derivado del grafito deberá centrarse en empresas dedicadas específicamente a este material. "Compañías de menor tamaño, como Focus Graphite, Lomiko Metals o Northern Graphite son una opción más directa para el inversor y, además, son empresas con tecnología punta en este campo", explica Juanjo Fernández, analista de Renta 4.
Todas ellas son compañías de pequeña capitalización, que no superan los 60 millones de dólares y cuyo potencial está vinculado al desarrollo del grafeno, por lo que también conlleva un mayor riesgo, en el caso de que finalmente no se consiga extraer todas las esperanzas puestas en este compuesto. Además, la volatilidad en estos negocios es mayor, lo que las convierte en una inversión con mayor riesgo. Todas ellas acumulan una depreciación en 2013 superior al 15 por ciento.
En cualquier caso, los analistas advierten que hay que tener paciencia con las inversiones en grafeno. Se trata de apuestas que tendrían que dar su rendimiento a medio plazo, ya que el desarrollo de la tecnología necesaria todavía requiere esperar unos años. "El grafeno tiene que ser entendida como una apuesta para los próximos 5 años", advierte Fernández, ya que en este periodo se podrá comprobar si realmente es un descubrimiento que va a cambiar el mundo. En el caso de que así sea, reportará grandes beneficios a aquellos que se hayan atrevido a entrar desde su nacimiento.
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