En las obras durante
la estación invernal, solemos pasarnos todo el día a la intemperie, y con un
frío que pela. La parte que más se resienten son los pies. Existe un remedio: son
los calcetines gruesos de lana, algo que no viene aconsejado ni obligado en
ninguna de las estúpidas normas de los de prevención o seguridad. Como albañil
experimentado os recomiendo que lo mejor es poneros dos capas de calcetines: la
primera de algodón, porque es más cómoda y hace que los poros de la piel
transpiren mejor, y la segunda de calcetines de lana, por las altas propiedades
aislantes que tiene, pues la sabiduría popular suele decir que las enfermedades
entran por los pies. Por otra parte, como que la temperatura corporal siempre
sube hacia arriba, hacia la cabeza, es recomendable tener la cabeza siempre
fresca y ventilada, que ya de por sí la temperatura extremada recomendará a uno
mismo si se siente más cómodo con un gorro. El consejo es para la estación
invernal; para la estival os recomiendo que cubráis la cabeza con un buen gorro
de tela o un sombrero (nunca el casco, que es demasiado pesado) y que el sol no
es dé demasiado en ella, pues es la parte más vulnerable, y así os prevenís del
riego de sufrir un golpe de calor. Es un
consejo que os doy y que os hará efecto. Seguro que alguien tendrá una buena
abuela que será capaz de hacerle unos buenos calcetines de lana.
Me he hecho unos calcetines este fin de semana más chuuulos!! Aunque quede poco de invierno pero bueno, seguro que los noto por las mañanas
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