Esta entrada quería dedicarla a ventilar unos ejemplos de claras y abusivas discriminaciones entre los distintos gremios de trabajadores, sobretodo referentes a las vacaciones, la edad de jubilación, y las horas por jornadas.
Aunque en principio viene determinado por el conocido “Estatuto de los trabajadores”, se tiene como vacaciones el equivalente a un mes retribuido, así como todo un mes.
Pero hay que decir que, por ejemplo, en el sector de la aviación (aquí nos referimos a IBERIA, en concreto, y que es una empresa que se alimenta de fondos públicos de los impuestos), el personal de vuelo disfrutará de un mínimo de 96 días libres al año, como descanso semanal y fiestas laborales, de los cuales al menos siete habrán de disfrutarse cada mes . ¡ Menudos privilegios que tienen esos tipos, pues hacen trabajo más cómodo que el sector del ladrillo, y en comparación los albañiles que hacemos los trabajos más duros, estresantes y penosos, somos unos explotados, excluidos y marginados de todos esos privilegios y escandalosas pagas que tienen esos del gremio de los aviones. Claro que no es tan complicado llevar un avión, que es algo parecido a llevar un coche, cuando uno ya ha adquirido la destreza para llevarlo, pero esto no justifica tan altos y escandalosos sueldos, ni tan abusivas vacaciones.
Por otra parte los mineros de la empresa pública, la jornada de trabajo subterránea se ve reducida a seis horas diarias cuando concurran circunstancias de “especial penosidad, derivadas de condiciones anormales de temperatura o humedad, o como consecuencia del esfuerzo suplementario derivado de la posición inhabitual del cuerpo al trabajar. Cuando se haya de realizar el trabajo completamente mojado desde el principio de la jornada, ésta será de cinco horas como máximo. Y esto no es todo: se jubilan con muy buenas pensiones, y justo con 45 años, edad que ya quisiera retirarse todo albañil.
Y mientras tanto, los albañiles tenemos jornadas como mínimo de 10 horas (al menos así ha sido hasta ahora como “usos y costumbres” del lugar donde yo procedo), muy mal pagados en comparación (y más ahora con la crisis, a precios de miseria sobreexplotados, y pagando unos impuestos abusivos), y tan sólo apenas con derecho a tan sólo un mes de vacaciones al año. Y por si fuera poco, ya casi obligados a jubilarnos con 67 años (y la casta política aún pretende retrasar esa edad a los 70 años). Lo cual deja al colectivo del ladrillo, como el gran maltratado y marginado de la sociedad, en especial por interés expreso de la casta política, que se aprovecha de su nula capacidad de defensa, frente a quienes tienen el privilegio de formar parte de la empresa pública, como es el caso del sector del avión, y del sector de la minería.
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