Una de las quejas de los facultativos es que se exige que se cumpla el (cliclear en lo que continúa):
EHE (INSTRUCCIÓN DE HORMIGÓN ESTRUCTURAL)
, que nadie sabe qué es como podéis ver en la web gubernamental con tanto paleleo técnico, pero que en contrapartida los albañiles ya conocen más o menos las proporciones de las mezclas adecuadas de hormigón (4 partes de grava por cada parte de cemento pórtland, más la parte correspondiente de agua, aunque más espeso –menos agua, pero bien vibrado-, más sólido queda). Además, parece que el origen de esta normativa es europea, donde los vecinos de arriba no tienen en cuenta que aquí abajo con el clima más cálido, el hormigón se seca más rápido, y ello conlleva otra manera de distribuirlo y trabajarlo con mayor rapidez en tenerlo bien repartido y vibrado antes de que empiece a fraguar.
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Aparte de que las mismas empresas suministradoras de hormigón de cuba, ya saben por sí mismas el tipo de hormigón que tienen que llevar según pedido y especificaciones solicitadas (les basta dar una copia del plano, enviada por internet). Con lo cual no hace falta marear las perdices con albañiles de cualquier categoría, sea oficial o peón sobre las cuestiones de cómo ha de ser el hormigón, del que son tan exigentes los facultativos.
Ahora sí, un detalle importante, cuando ya empieza el fraguado, y con ello el curado posterior del hormigón, hay que humedecerlo unas cuantas veces para que no se seque tan rápido y al mismo tiempo la masa quede más dura, firme y compacta.
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