Pueden ser la solución para las remodelaciones o restauraciones, ya que en muchos aspectos el ladrillo no es otra cosa que la continuación del famoso juego lego o del “exin castillos” (¿se acuerda alguien?), de ir aparejado en uno con el otro sin dejar juntas sueltas.
El caso de esta foto que he encontrado por internet, es un ejemplo ilustrativo de ello, con el que cualquier problema constructivo se puede solventar a base de imaginación con el uso de los ladrillos, que en este caso digamos que son los ladrillos los que vienen a sustituir las piezas de lego.
No hay que olvidar que la construcción es todo un arte, y el trabajo del albañil tiene mucho de artesano y de artista, que es capaz de dar forma a cualquier cosa partiendo de unos ladrillos, como si de un juego de legos se tratara, combinando ladrillos y mortero (y hierro cuando haga falta).
Luego ya pueden decir que la albañilería es lo más parecido al juego de las contrucciones de Lego cuando ya eres adulto. Jugar es divertido, pero si además el trabajo puede convertirse en un juego, lo es aún más. Por eso los albañiles se sienten orgullosos de contemplar su obra ya acabada, cogiéndoles un inevitable cariño, y cada vez que vuelven a ver su construcción, les es inevitable pensar: “pero si esto lo hice yo”.
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