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lunes, 10 de junio de 2013

LA MEZCLA DE YESO



La regla de oro consiste en verter el yeso en el agua (nunca el agua sobre el yeso porque se producirían grumos). El yeso se debe espolvorear en  una lluvia fina, removiendo siempre el agua con la paleta, sin parar. Cuando ya se haya echado todo el yeso, batir enérgicamente.
 

Una vez realizada la mezcla, no se puede añadir agua ni yeso porque de lo contrario la pasta no será uniforme.
 

Se debe mezclar de forma muy enérgica para obtener un pasta homogénea. Si la cantidad a preparar es importante, mejor utilizar un mezclador, adaptado a un taladro, que le permitirá trabajar con mayor rapidez.

 

Una herramienta ingeniosa y tradicional es la una forma de palo en “T” que puede fabricarlo  mismo uniendo en forma de T dos tacos de madera (uno más largo que el otro). Poner clavos grandes en el taco pequeño y pasar un hilo de hierro clavo por clavo, reliándolo en otro colocado en el taco grande. Este utensilio le permitirá remover rápidamente la mezcla en el cuezo.


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