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domingo, 27 de febrero de 2011

LAS COCINAS




Las cocinas, junto a los baños, son una de las estancias más frecuentadas de la vivienda, y de las que suelen hacerse más reformas, sobretodo para tener más facilidad de limpiar, cocinar, y poderlo adaptado a los nuevos electrodomésticos más avanzados, aparte de hacer de él también un espacio cómodo para las tareas de hacer la comida y limpiar los cubiertos. En este sitio manda, ante todo, la ama de casa, la persona que más ha de cuidarse de la comida y de la limpieza dentro de la casa y la familia, y por tanto debemos de condicionarla por encima de todo conforme a su gusto personal y práctico. Como aquel que dice: “en mi casa manda mi mujer”.


De las cocinas antiguas, e incluso de las de hace pocos años, les podemos dar un toque más alegre y funcional, poniendo nuevos tipos de azulejos y nuevos elementos de utilidad como los electrodomésticos que la complementen. Existen diversas formas de hacerlo: desde arrancar los azulejos viejos y condicionar la pared reglesada para poner los azulejos nuevos con pegoland, hasta poner los nuevos azulejos pegados a la misma pared anterior con una silicona especial y rejuntarlas con un material cementoso especial y del color a gusto, que la cocina parecerá totalmente nueva. Aparte de que en el mercado existen muchas tiendas especializadas en vender cocinas para todos los gustos, y no solo el elemento del mobiliario y los electrodomésticos, sino también para la elección de la cerámica adecuada.


 En algunos supermercados del bricolaje como Bauhaus o Ikea, podemos encontrar algunas cocinas baratas, que sólo faltan ser colocadas y complementadas con las reformas que ha de hacer el albañil. Cabe decir que hasta ahora el azulejo blanco era bastante común y elegido, pero se tiende a escoger un azulejo más sotisficado y de diseño que distinga la cocina y le dé el sello propio del dueño de la casa.


 Un consejo que os voy a dar sobre la elección del azulejo: hay tanta variedad que el azulejo más caro no significa necesariamente el mejor, y que existen también azulejos mucho más baratos pero de mejor calidad, aunque otra cosa es la estética. Cada cual tiene sus gustos, y sobre esto no existe nada escrito. Si queréis encontrar un azulejo barato y de buena calidad, consultar a un albañil especializado en cocinas (no un comerciante de casas de material de construcción) que os podrá aconsejar unos cuantos, ya que para todas las paredes y el suelo de la cocina, esa elección puede suponer ahorrarse unos cuantos cientos de euros que siempre buena falta nos hacen.

Por eso es necesario que antes de hacer reformas en nuestra cocina tengamos muy clara la idea general que queremos, el estilo que tenemos pensado darle y que por supuesto, tiene mucho que ver con el estilo general de nuestra casa, nuestros gustos personales, y la función básica que queramos dar a nuestra cocina.


El suelo que escojamos tiene que ser adecuado para el lugar en el que lo queremos usar. Es decir, tiene que ser lo suficientemente resistente y con las características especiales que nuestra cocina precisa, pues es precisamente la cocina la parte de la casa que más se ensucia y más precisa de fregados. En mi opinión personal, lo ideal sería un suelo de mosaico, pero como no parece demasiado estético, la gente prefiere poner azulejo de gres, por lo que recomiendo uno de muy resistente y lo suficiente fuerte y grueso como para soportar la caida de un vaso o un plato, cada vez que cae al suelo y se rompa, sin descantonar también el azulejo de gres propiamente dicho.


Recomiendo que cuando se hagan las reformas, se tomen fotos de las regatas que se hacen para tener idea de adónde pasa cada tubo tanto entre las paredes, como por debajo del suelo, sea de electricidad, agua, internet, o gas, para así saber evitar, por ejemplo, donde no hacer un agujero en donde poner un taco con un clavo que sostenga el reloj, el calendario o un simple cuadro. Las cajas de los enchufes, por ejemplo, se instalan antes de colocar los azulejos, junto con los tubos que llevan cables de electricidad. Después, con un rubí o una radial cortamos el azulejo, para adaptarlo al sitio que ha de ir el interruptor o enchufe (lo que en catalán llamamos endoll).


Antes de iniciar una reforma, hay que consultar y buscar modelos que a uno le gusten que y que sean aproximadamente del espacio de su cocina. Hay muchos sitios donde verlos: internet, revistas de decoración, tiendas de cocina, centros de bricolaje tipo Bauhaus, Ikea, Merlin-Leroy, ect…Así como consejo de cualquier albañil especializado en construir y reformar cocinas, pues siempre se encuentra la manera de hacer una cocina, que aunque no termine siendo idéntica, si puede llegar a ser lo más parecido a como el interesado la desea.


Si se dispone de bastante más dinero, y no importa gastarse de más, también queda el recurso de contratar a un decorador profesional que vaya aportando esas ideas de más que uno no tenía en cuenta, así como para supervisar la construcción de la nueva sotisficada cocina. Pero como que la mayoría somos gente de poco dinero, pero queremos tener una buena cocina para toda la vida, podemos ir más a lo práctico, e incluso con la tremenda crisis que hay entre los albañiles, encontrar alguno que lo haga a buen precio, y si es posible hacerlo también en negro, para que resulte aún más barato. No todos podemos permitirnos una cocina más propia de un jeque de los petro-dólares.


Y para los que queráis echar una mano a los albañiles, que están muy castigados por la crisis, animaros a reformar vuestra cocina o vuestro baño. Ahora es el momento, y tanto el precio de la mano de obra, como de los materiales, están bastante baratos, y sería bueno aprovecharlo.

Para dar alguna idea de lo que puede ser la cocina del futuro, incluyo alguna secuencia de la película “Desafio Total”, en la que Arnold Schwarzenegger aparece en una cocina más propia de otros tiempos, así como la de “El sexto día” donde podemos verle con una nevera programada ultramoderna:



domingo, 20 de febrero de 2011

HACER SUELOS (PAVIMENTOS)



Hoy en día la tecnología de las luces láser ha llevado a la construcción a un nivel de nivelado casi perfecto, cuando hace unos años el desnivel de unos dos centímetros de un rincón a otro de una habitación era considerado como algo normal.




Antaño normalmente se colocaba mosaico, pero en la actualidad es más dado poner gres en el suelo. Y existen dos maneras tradicionales de colocarla por parte de los albañiles de estos contornos: el llamado “a la extensa” consistente en poner primero el mortero al suelo (normalmente bien espeso) para luego encima poner las rayolas de gres, y “a picado”, consistente en poner cada pieza de gres una a una, siguiendo un hilo y golpeándola con una maceta de goma para colocarla bien.


 Del primer sistema, solían emplearlo mucho los llamados “colocadores especialistas”, que cobraban por metros, es decir, que a más rápidos más dinero ganaban, pero es un sistema en el que el gres queda muy poco adherido en ese suelo de mortero casi seco por debajo, con lo que se reduce mucho la calidad del acabado y con el riesgo de que con el tiempo se desprenda la pieza de gres.


 Del otro sistema, el de golpear con la maceta de goma, para que el gres se adquiera al mortero, queda más cogido, sobretodo si se hace como suelen hacer algunos albañiles de ponerle algunos topes de pegoland debajo de la pieza de gres que hace que quede muchísimo más adherido y agarrado al mortero una vez se seca. En este segundo caso gana más la calidad del acabado y con toda seguridad es casi prácticamente imposible un desprendimiento de la pieza de gres.


 En todo caso, hay que dejar un margen de junta en las partes que tocan a las paredes, y que han de ser tapadas por un zócalo. Aunque normalmente se suele hacer encima de un forjado de hormigón, una capa de unos dos centímetros de mortero son más que suficientes para hacer un buen pavimento bien agarrado al suelo. Otro tema es poner aislamiento al suelo, con una capa de hormigón o mortero encima, y tapando los distintos tubos que atraviesan por el suelo.

A mi modesto entender, el mejor sistema es poner primero las piezas enteras, y luego secas, continuar con el resto de las piezas que han de medirse y marcarse para ser cortados a la medida adecuada sea con una máquina cortadora manual llamada rubí, o con un radial.


 Es la mejor forma de trabajar, y la más rápida, aunque algunos constructores exigen hacerlo todo a la vez, conllevando ello más tiempo y más dificultad en la tarea. Luego se hace un rejuntado de griffi o bien con algún producto cementoso especial e incluso coloreado para las juntas, y se limpia con esponja o con algún esparto o trapo, hasta dejar el acabado en buenas condiciones, con las juntas bien uniformes y que den buena vista del acabado.
Ahora bien hay que saber que generalmente los suelos se cambian por estética pero también por necesidad o desgaste. Debemos elegir el pavimento según el uso que se vaya a hacer de la vivienda. Los actuales de gres son los más demandados por su belleza, pero yo recomendaría los antiguos de mosaicos, que nunca se desgastan y que con los años una simple pasada de la pulidora los deja como nuevos, e incluso encima se puede poner gres adherido con una capa fina de pegoland (mortero cola). En los baños normalmente pondremos materiales más impermeables.


Para el resto de la casa, existen materiales innovadores como el gresite, el gres porcelánico, las resinas, el barro cocido, etc., e incluso todo se puede condicionar para terminar poniendo un suelo de madera como sería el caso del parquet. En fin, que el suelo se puede hacer con variedad de materiales, desde el mortero líquido que se autonivela, pasando por los mosaicos, el gres, y las piezas de piedra sean rústica o artificial.


Y naturalmente es trabajo penoso, que daña las rodillas y la espalda de los albañiles, de modo que requiere mucha fuerza y mucha capacidad de aguante físico.




domingo, 6 de febrero de 2011

LOS YESEROS



Hacia unos pocos años, en pleno boom de la construcción corría aquello de que “si yo fuera rico, si yo fuera yesero…”, pues los yeseros cobraban verdaderas fortunas por los metros del enyesado, sobretodo en las faenas de pisos, de paredes mas rectas y uniformes, cuando no en otras casas más complicadas, como por ejemplo las llamadas “casas de diseño”, algunas paredes de las cuales no tenían arestas ni aplomadas ni niveladas, y que en los tiempos del boom con frecuencia eran rechazadas por empresas de yeseros a no ser que se pagara a muy buen precio.


 Conocí al jefe de una empresa de yeseros de mi pueblo, quien presumía de disponer y ser de las mejores de toda la provincia, y le pregunté que cómo es que todos los yeseros venían a trabajar con Audis, Mercedes, Volvos, y demás grandes cochazos, que parecía que todos los yeseros eran ricos. “Es que somos unos fanfarrones”, me respondió. Aunque en aquella época, si el yesero se espabilaba y dejaba bien sus acabados de enlucidos de yeso por metros, se forraba, y eso justificaba que muchas veces viniera a trabajar a las obras con los flamantes Audis, aparte de sus furgonetas siempre sucias de manchas de yeso. Incluso conozco a un yesero que se había metido en el negocio de construir bloques de pisos en la costa, lo que dejó el sucio mono de yesero por el elegante traje de promotor inmobiliario, y que por cierto le fue bien. Pero todo empezó con dominar bien el sucio arte de trabajar el yeso.




Y es que el trabajo de yesero es de los más duros y sucios de toda la construcción, que todos los días te manchas de yeso, y tienes que respirar los asfixiantes polvillos del yeso, y tener que ducharte todos los días para quitarte de encima toda esa suciedad de yeso. Primero se miran bien lo que tienen que enyesar y hacer un cálculo de los sacos de yeso que van a necesitar, e ir planificando los bidones de agua, las pasteras, las arestas a hacer previamente, los tableros-tablones para las bastidas, etc…, y aunque las normas obligan a casco, es totalmente imposible que un yesero pueda trabajar bien con el casco puesto. Y eso de que ahora se puede enyesar a máquina, aunque a muchos todavía les viene bien seguir preparando el yeso de forma manual.



Se trata de expandir el yeso todavía blando por la pared, y repartirlo con grandes llanas, hasta darle una forma uniforme, y luego rascarlo para darle forma más uniforme todavía, para luego pasarle la última capa de yeso bien fino (el llamado yeso muerto), que será la del acabado final. Dejándolo luego secar unos días antes de hacer otras cosas en la pared enyesada, como por ejemplo, su pintado.


 Y como el yeso tiene su tiempo para el secado, el yesero no puede parar de regresarlo, pasarle la llana, y rascarlo, todo a su debido tiempo (cuando todavía está tierno el yeso recién colocado), lo que le supone un gran esfuerzo físico, muchas veces agotador e ingrato, y aunque un buen albañil sabe algunas nociones básicas sobre un pequeño enyesado, poca gente opta a especializarse en el enyesado, pues es trabajo demasiado duro y demasiado sucio. He aquí la razón por la que los yeseros, por lo general, suelen tener los brazos musculosos y bien fibrosos. Por eso no quita que abunden las chapuzas disimuladas, aunque quienes dejan las paredes bien rectas y uniformes, bien pueden decirse que son unos verdaderos artistas del enyesado.



Los tiempos del boom constructivo hicieron que los yeseros se forraran enyesando los pisos, y aunque habían verdaderos maestros enyesando a la vieja manera tradicional de enyesar con la pastera grande y la llana grande, con su posterior rascado y alisado completamente a llana, dejando una superficie muy uniforme, se inventaron las máquinas de proyectar yeso, consistentes en una manguera que llevaba el agua a la máquina, y que por la parte superior se tiraba el contenido del saco de yeso, y a través de otra manguera se iba extendiendo y proyectando el yeso que vomitaba la manguera en la pared, que luego se extendía con una llana, y dado la rápidez que requería, dejaba un acabado más pobre y menos uniforme que el viejo método tradicional. Pero al ser mucho más rápido, se podía ganar mucho más dinero, llegando a tapar los defectos con el uso del gotelé.




Con la crisis actual, el trabajo de yesero se ha puesto peor que nunca, aparte de mal pagado con una competencia que no para de reventar los precios, por lo que en muchos aspectos, lo mejor es reconvertir el oficio en otra cosa de más salida profesional. Se acabaron los tiempos aquellos de “míralo, ¡es rico!, ¡es yesero!.

Os dejo algunos videos que he encontrado en el You Tube, donde podréis ver y apreciar el trabajo de los yeseros:




martes, 1 de febrero de 2011

LAS PAREDES



Las paredes que pueden construirse de cualquier material: piedra, ladrillo, bloque, etc…, tienen la característica común que suelen hacerse aplomadas, o con algunas inclinaciones condicionadas a los soportes o agarres que tengan en los lados o encima.


Es muy importante hacerles ataduras y ligamientos en los lados, para asegurar un mayor agarre y evitar la formación de grietas. La famosa “pared maestra” que llaman algunos albañiles, no es otra cosa que una pared estructural que sirve de soporte al resto del edificio, sea para asentar vigas y otras modalidades de forjados.


 Las demás paredes, generalmente sirven para limitar y formar espacios con cada una de sus finalidades: comedor, cocina, baño, dormitorios, trastero, etc…, y suelen ser mucho más delgadas, para ahorrar el coste de material y facilitar el derribo cuando te tienen planes de quitar o desplazar la pared.

Normalmente suelen hacerse colocando por los lados unos hilos a plomo que hacen de guía, o bien unos reglas periscopios con los que atar cada una de las distintas hiladas con las que se piensa levantar la pared. Otra forma es hacer a plomo los huecos de las paredes adyacentes donde se van a ligar los agarres.


Afortunadamente los nuevos aparatos de luces láser que indican plomo, nivel y ángulo recto, ayudan en el marcado. Para la construcción con ladrillo visto, conviene calcular y marcar cada una de las hileras, y limpiar el ladrillo antes del secado completo de la argamasa (mortero).


La argamasa o mortero para levantar un muro o pared generalmente suele hacerse con arena y cemento, en la proporción de 3, 4, ó 5 paladas de arena -depende de lo cargada que se desee la mezcla, aunque como norma 4 puede ser buena- por 1 de cemento, y agua con líquido, sea de hidrófugo o bien de sustancia flexiblilizante (que da fluidez para colocar el ladrillo y evita un secado rápido), y se revuelve bien son la hormigonera en un periodo no más allá de 10 minutos; en este caso dicho mortero deberá estar un poquito espeso para poder poner bien los ladrillos, pues si estuviera muy líquido no podríamos conseguir que el ladrillo vaya a su sitio, aparte de que ensucia más las juntas, aunque cada profesional la prefiere a su gusto, pues son bastante las quejas que reciben los peones sobre si el mortero es demasiado espeso o demasiado claro, según el albañil al que le toque servir.


Yo lo prefiero trabajar en un término medio, no demasiado espeso, ni demasiado rápido, pues por otra parte, si no ha de ser pared vista, hacerlo con mortero más espeso hace que cueste más de colocar el ladrillo y ello supone más lentitud, cuando la pared hay que hacerla rápida, pues en este oficio el tiempo siempre es oro, teniendo en cuenta que para la misma construcción se puede tardar más o menos horas, más o menos días, considerando también, la competencia salvaje y brutal que existe en el sector, y que exige ser los mejores, los más rápidos y los más baratos. Se trata, pues, de perfeccionar la técnica de la construcción de las paredes, una de las faenas básicas de la construcción.

Los ladrillos cerámicos, generalmente suelen mojarse, para que los poros absorban y se pegue más el mortero. No así con los bloques o con las piedras, que además es más recomendable hacer la mampostería con mortero más bien tirando a espeso para este último caso.


También cabe decir que si la pared es para un remolinado o regresado de mortero, lo mejor es enlucir rápidamente la pared recién terminada, porque todavía no acaba de fraguar el mortero de las juntas, conservando algo de humedad, lo que permite como una especie de soldadura con el mortero del enlucido, lo que facilita un mayor agarre de dicha capa de mortero enlucida a la pared, en sus funciones de pared remolinada o regresada para poder aplacar alguna piedra o azulejo visto.


Como que normalmente antes de su acabado final, suelen hacerse las regatas para el paso de distintos tubos, sean de electricidad, agua, gas o teléfono, lo recomendable es hacer algunas fotografías que retraten lo que pasa por cada sitio, para así saber lo qué hay en cada sitio de la pared, para la posterior operación de, por ejemplo, colgar un cuadro o poner una estantería, en donde hay que hacer agujeros para los soportes, sin afectar lo que pasa por el interior de la pared.


Otra cosa es la construcción de paredes de pladur (planchas de carton-yeso prefabricadas) sostenidas con los elementos metálicos internos, y cogidas por ciertos tornillos especiales. Es una forma rápida, que permite luego ser derribada sin afectar demasiado la estructura inicial por defecto. Pero es un tipo de pared blanda, y con ello de pésima calidad ya que cualquier golpe la deja abollada o deformada, aunque con la ventaja de que es bastante insonora y aislante, gracias a la fibra que suele colocarse en su interior.

Y desde luego, para un paleta, la pared que tiene que levantar es como el lienzo para el pintor o la escultura para el escultor. La pared es su particular obra de arte, en la que muestra su profesionalidad y su veteranía, y tiene que quedar perfecta. Tiene que ser segura, fuerte, indestructible. Pero también tiene que ser bonito, y adecuarse a los fines para los que ha sido construido. La pared bien aplomada, bien anivelada, y con las juntas limpias, definen al albañil que lo ha construido.


Cuando a un aprendiz le sale bien la construcción de una pared, ya se tiene ganado los galones de oficial de segunda, y si no es así, como una vez hizo cierto albañil con su aprendiz: darle una simple buena patada a la pared, para que se derrumbe toda por sí misma, volver a limpiar los ladrillos, construir de nuevo la pared (pero esta vez bien hecha), aunque el aprendiz esté llorando. He querido comentar esto en mi entrada de hoy, porque más de una vez he sido testimonio de este proceder, aunque sin llegar a estos extremos de brutalidad, cuando uno de los paletas estuvo tan cabreado de ver la pared torcida, que no se le ocurrió otra cosa que derribarla entera, dando una buena patada (y eso que los ladrillos eran tabiques –aquí en zona de Girona llamamos así a los mahones grandes- de 5 centímetros). No llores, chico –le dijo otro de los albañiles al aprendiz-, lo hace para que aprendas. Por casos como ese, y por esas razones, los aprendices empiezan a cobrar tan poco sueldo, porque al no hacer bien o al tener que repetir, no suelen ser lo suficiente productivos, pero es el precio que hay que pagar para aprender.


Como recomendación final, en el caso de las paredes interiores, recomiendo que la masa final que une la pared con el techo sea de yeso, porque al tener ese material la propiedad de que se expande, presiona por si misma entre el techo y la propia pared, haciendo que quede mejor cogida y agarrada.


LAS CÁMARAS


Las cámaras-cerramientos generalmente son paredes de tabiques que se hacen paralelas a las exteriores, dejando una cámara de aire, que sirve de aislamiento y para separar la humedad.



Tras haber acabado las cámaras-cerramientos, se podrán empezar a tomar las medidas interiores, previa limpieza, marcando con el tiralíneas, para poner los primeros ladrillos (generalmente tipo tabique o mahón), para separar las distintas habitaciones de la planta. Si no resulta molesto, poner toda la primera hilada, para que dé idea de cómo quedarán las habitaciones y las distribuciones.


 Y a partir de aquí empezar por poner los reglas periscopios para construir las paredes del modo que se pueda hacer lo más rápido posible, en cuanto a estrategia de movimiento y el traslado del material que se pueda por el interior, así como poniendo bien aplomado y anivelado los bastimentos (premarcos) de lo que serán las puertas. Empezando de una parte a la otra, de modo que no tenga que estorbar el traslado y acumulación de los materiales que han de terminar siendo las paredes.  

 

Una vez acabadas esas paredes, ya es cuestión de que vengan los lampistas y nos marquen las regatas por donde deberán de pasar los tubos de las instalaciones, tanto de electricidad como de agua, que se tendrán que cortar con radial (con todo el polvo que ello supone), o bien hacerlo manualmente a golpe de cincel o punzón con la maceta, destrozando en lo mínimo posible el ladrillo, para evitar la formación de futuras esquerdas ( grietas).